Este lunes se inició el juicio oral por el incendio que consumió dos viviendas a puertas cerradas en el sector Rahue Alto de Osorno, registrado en enero de 2013.

Recordemos que el siniestro redujo a escombros a dos viviendas de material ligero y de un piso, emplazadas en el pasaje Aliwe de Población Quilacahuín, a pesar de los esfuerzos desplegados por las decenas de Bomberos que concurrieron a combatir la emergencia.

Este hecho dejó a dos familias damnificadas, y la madre del imputado reconoció la pérdida de más de un millón de pesos en efectivo, correspondientes a ahorros que ella mantenía en la vivienda.

El imputado por el caso, cuya identidad se prohibió dar a conocer, el mismo día del incendio fue detenido por Carabineros y éste habría reconocido abiertamente su participación.

Al respecto se refirió la defensora penal Carol Munzenmayer, quien manifestó que en la instancia se pretende acreditar que su representado si bien declaró haber originado el siniestro, esto se debió a una actitud negligente dado su estado de ebriedad, situación por la cual pretenden que el hombre sea absuelto de todos los cargos.

En tanto, la fiscal Cristina Cárcamo sostuvo que la primera jornada consistió en la presentación de testigos inmediatos, entre los que cuentan vecinos.

Éstos dieron cuenta de que el hombre cada vez que regresaba al hogar que compartía con su madre “era ruidoso”, en el sentido que generaba desórdenes y altercados por el consumo excesivo de alcohol que presentaría.

De la situación se restó la madre del imputado, quien determinó no levantar cargos contra su hijo ni prestar testimonio en su contra.

Por su parte, los peritos Químicos de la PDI acreditaron que el fuego se originó en una de las habitaciones.

No obstante, el Ministerio Público dijo que la intención es poder probar que el siniestro habría sido intencional, a pesar de que están conscientes de que será difícil lograrlo.

Por lo anterior, dijo que están solicitando una pena efectiva de 12 años de cárcel, sumándose que el sujeto tiene antecedentes penales por delitos de otra índole.

Cabe mencionar que para la instancia se dispuso de la presentación de un total de 11 testigos y 6 peritos con los que la Fiscalía pretendía dar por acreditada su hipótesis, la que desde el principio fue rebatida por la teoría del cigarrillo mal apagado producto del estado de ebriedad del imputado.