Human Rights Watch insta a los rebeldes sirios a que dejen de reclutar adolescentes y advierte a los países que financian a estos grupos que podrían ser perseguidos por “crímenes de guerra”.

En un informe publicado este lunes que lleva por título “Quizá vivimos, quizá nos morimos: reclutamiento y utilización de niños por los grupos armados en Siria“, la ONG acusa a los grupos rebeldes de “utilizar adolescentes desde los 15 años en los combates, a veces con el pretexto de ofrecerles una educación”.

“Los grupos extremistas, como el Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), han reclutado menores con el señuelo de darles estudios, y les han enseñado a manejar armas y les han encomendado labores peligrosas, como misiones suicidas”, denuncia la organización de defensa de los derechos humanos con sede en Nueva York.

La ONG contó con la experiencia de 25 adolescentes para elaborar este informe. Además del EIIL, los menores han combatido en las filas del Ejército Sirio Libre (ASL), el Frente Islámico, el Frente Al Nosra, rama siria de Al Qaeda, así como en las fuerzas kurdas en los más de tres años de guerra civil de Siria.

Por razones de seguridad y de logística, la investigación no se extiende a las milicias progubernamentales, precisa la organización.

Los grupos armados se aprovechan de la vulnerabilidad de muchos de los jóvenes que reclutan, como haber visto morir a los padres, bombardear sus escuelas o destruir su entorno, dice la autora, Priyanka Motaparthy, investigadora de los derechos de la infancia en la ONG.

“Los horrores del conflicto armado en Siria son todavía peores al ver a los niños en primera fila”, lamenta.

Se desconoce el número de niños soldados que hay en Siria, pero recientemente una organización siria cercana a la oposición, el Centro de Documentación de Violaciones, señaló que desde 2011 se habían registrado “194 niños ‘no civiles” muertos” en el país.

Los menores que ha interrogado HRW han participado en combates, han sido francotiradores, han participado en retenes, han sido espías, han curado heridos en el frente o han aportado municiones y avituallamientos a la primera línea de la batalla.

Muchos aseguran que se unieron a las filas rebeldes para seguir a sus amigos o familiares, otros porque los combates tuvieron lugar en el barrio y no podían ir al colegio ni tener otras ocupaciones.

Algunos, que participaron en las manifestaciones pacíficas en los primeras días de la revuelta en marzo de 2011, quisieron ir más allá y otros eligieron la rebelión tras ser maltratados por las fuerzas gubernamentales.

Las personas entrevistadas son todos chicos pero el Partido Kurdo de la Unión Democrática (PYD) recluta chicas para los retenes y para patrullar en las zonas bajo su control.

La Coalición de Oposición ha tratado de dejar de reclutar a menores pero los comandantes del ASL confesaron que siguen haciéndolo. Un jefe militar kurdo también anunció que está desmovilizando combatientes menores de 18 años.

“Todos los grupos tienen que comprometerse públicamente a prohibir el reclutamiento de menores y los gobiernos que proporcionan ayuda a los grupos armados deben insistir y verificar que no lo hacen. Cualquiera que ayude financieramente a los grupos que envían menores a la guerra puede ser considerado como cómplice de crímenes de guerra“, según la ONG.