Las opciones del vegetanariasmo y el veganismo forman parte de un modo de vida y de la libertad de las personas de elegir qué comer y cómo hacerlo.

Pero primero, para entender de qué tratan ambos conceptos es importante considerar sus diferencias. Los vegetarianos con frecuencia se guían por la abstinencia de alimentos en base a carne, aunque existen grupos que sí consumen derivados de animales como la leche y el huevo.

Los veganos, en tanto, son un tipo de vegetarianismo sumamente estricto. Ellos no comen absolutamente nada de origen animal, ni siquiera miel, como en el caso de otras dietas naturistas. Menos aún utilizan ropa o indumentarias en base a pieles de éstos. En ambos casos, hay una fuerte tendencia ética y moral, por lo que esta conducta se mantiene prácticamente durante toda la vida.

Distintas agrupaciones de este tipo, además de crear conciencia sobre lo negativo de alimentarse de animales, también han canalizado consejos sobre la alimentación libre de carne y guían a los novatos en el régimen.

Sin embargo, todavía el desconocimiento sobre estos tipos de dietas es grande: muchos consideran que es una moda y creen en el mito de que los vegetarianos son “débiles” porque no consumen proteínas de origen animal, pero esto no es así.

De hecho, la Asociación Americana de Dietética ha señalado que los planes vegetarianos son saludables, nutricionalmente adecuados y pueden aportar beneficios para la salud en la prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades.

Julia Ortiz, Subdirectora de la Escuela de Salud de AIEP, destaca que la dieta vegetariana es aplicable en niños, adolescentes, adultos, mujeres embarazadas e incluso atletas de alto rendimiento.

De todos modos, Ortiz llama a poner atención en personas con requerimientos especiales de calcio, ya que ellos deben tener una dieta que incluya algo de producto de origen animal.

Por su parte Nelly Schindler, química y fundadora de Botiquín Herbario, va más allá y señala que incluso los pacientes con enfermedades crónicas como colesterol alto, hipertensión o cáncer debieran dejar por completo las carnes rojas y de a poco ir suspendiendo todo tipo de alimento de origen animal.

Es ideal elegir comida libre de toxinas y baja en grasas y aprender a conocer los vegetales. Por ejemplo, “el aporte de calcio lo encuentras en las semillas de sésamo, el zapallo, la espinaca y el brócoli”, indica la experta.

En productos del mar como las algas se puede encontrar Yodo y Omega 3, mientras que las legumbres y frutos secos aportan varias vitaminas.

Los profesionales también señalan que es necesario incluir en las dietas sin carne granos como la quínoa, cereales integrales y soja. Al mismo tiempo se recomienda buscar alimentos de buena calidad, respetar las cantidades, no olvidarse de la hidratación y alimentarse cada tres horas.

Según la subdirectora de la Escuela de Salud de AIEP, para que un vegano y vegetariano mantengan su buen estado de salud y un peso ideal debe “consumir 2 porciones de grasa, la que se encuentra en los aceites de oliva, girasol, maíz, en las aceitunas y los frutos secos; 2 de frutas; 4 porciones de vegetales; legumbres y nueces divididas en 5 cantidades y 6 porciones pequeñas de cereales”.

En el mercado existen varias posibilidades para que las personas que llevan este tipo de dieta puedan encontrar suplementos alimenticios que le entreguen nutrientes y vitaminas.

Para los que recién comienzan con este tipo régimen alimenticio y no saben muy bien cómo hacerlo, ambas expertas coinciden en que es importante comer de todo y no abusar solo de un producto vegetal.

Los platillos que contengan todos los colores, es decir, porciones de verduras anaranjadas, moradas, verdes y rojas, son los mejores. Además, esta dieta debe complementarse con un estilo de vida  saludable que excluya el cigarrillo, el exceso de alcohol, se integre el ejercicio y horas de buen descanso.