Georgia tiene previsto ejecutar al asesino de una adolescente este martes con una inyección letal, siete semanas después de la larga agonía de un condenado a muerte de Oklahoma, que conmocionó a Estados Unidos y generó la suspensión de ejecuciones en el país.

De ocurrir, la ejecución de Marcus Wellons, en el Centro Penitenciario de Jackson (Georgia), será la primera desde la de Clayton Lockett, quien murió en medio de un sufrimiento visible el 29 de abril en Oklahoma.

Como Oklahoma, Georgia cuenta con una ley que mantiene en secreto todo el procedimiento de inyección letal. Este estado utiliza el anestésico pentobarbital, aparentemente fabricado por un preparador farmacéutico no homologado a nivel federal.

La experta de la universidad de Fordham, Deborah Denno dijo que “no tenemos suficiente información acerca de dónde obtienen el pentobarbital, lo cual es un gran problema”, afirmó a la AFP. “La legislación sobre el secreto de la inyección letal nos impide el acceso a la información que necesitamos”, se lamenta.

“Ni siquiera sabemos cómo está formado el equipo que realizará la ejecución”, agrega.

En Oklahoma, Clayton Lockett murió 43 minutos después de la inyección de un nuevo cóctel letal, frente a los diez minutos que dura habitualmente el proceso. La autopsia reveló que el personal responsable de la ejecución no había conseguido poner la intravenosa y después de varios intentos fallidos, había perforado la vena femoral.

“Esto demuestra que estas personas simplemente no saben lo que hacen, no están calificadas”, denunció la experta en la inyección letal.

Cabe destacar que aparte de esta ejecución en Georgia, otras dos están programadas para el miércoles, en Misuri (centro) y en Florida (sureste).

“Estas tres ejecuciones serán las primeras desde la desastrosa de Oklahoma que generó repudio”, dijo Richard Dieter, director del Centro de Información sobre la Pena de Muerte.

Sin embargo, “la investigación sobre esta ejecución está lejos de terminar y la evaluación nacional de todos los procedimientos apenas comenzó. Realizar más ejecuciones parece precipitado en tanto no se sabe nada más acerca de qué salió mal en Oklahoma y cómo remediarlo”, dijo a la AFP.

En Georgia, un juez federal se negó el lunes a postergar la ejecución de Marcus Wellons, de 58 años, pero sus abogados planeaban apelar.

Marcus Wellons fue condenado a muerte por el asesinato en 1989 de una adolescente de 15 años, vecina y amiga íntima del hijo de su compañera. La secuestró cuando se dirigía a la escuela, la violó y estranguló con un cable de teléfono, antes de ocultar su cuerpo desnudo y lleno de cicatrices en una zona boscosa cercana.