Estimados BioBioChile:

A continuación explico lo que nos ocurrió este viernes en la Clínica Universitaria en San Pedro de la Paz.

A las 9 de la mañana llevamos a nuestra hija Martina a la Clínica Universitaria en San Pedro de la Paz, CUC. En el lugar informamos los síntomas de la pequeña, quien había pasado la noche entre los 39 y 40 grados de fiebre. Cuando la ingresamos por fiebre alta, sentimos mucha angustia porque cuando era bebé tuvo una crisis y convulsionó por fiebre, y eso para quienes lo hemos vivido alguna vez, es razón suficiente para alarmarse.

Cuando ingresó a Urgencia, la recibió la médico de turno. Casi como quien revisa un bistec, nos indica que le saquemos la ropa a la Martina, no cruzó mirada con la niña, mucho menos la saludó o habló directamente con ella (aclaro que mi hija ya tiene 6 años, aunque para mi aunque fuera un bebé merece respeto igual que un adulto).

En ese momento Martina comenzó a llorar, estaba con tercianas y vómitos producto de la fiebre y el miedo. Cuando la doctora comenzó a revisarla, la obligó a que abriera la boca y le metió la paleta a la fuerza. A esas alturas nosotros ya no estábamos receptivos, evidentemente a su “atención clínica”.

Posterior a eso, la profesional nos indicó que debíamos realizar una serie de exámenes que incluían una sonda nasal para retirar mocos y otros de sangre y orina. Ella aclaró que ninguno de éstos estaban cubiertos por la Isapre, que debían ser cancelados particularmente y que además no tenían reembolso. Los exámenes costaban $60.000. Nos sorprendimos por el alto costo y le pregunté cuál era la razón de estos requerimientos, y qué era lo que realmente tenía mi hija. De cualquier forma le dijimos con mi esposo que haríamos lo necesario para que le hicieran los exámenes a Martina.

Ella nos respondió que no podía decirnos lo que tenía la niña, ya que sin exámenes en mano no podía dar ningún tipo de diagnóstico. Ante esto pregunté si era posible que me diera la orden médica para realizar los exámenes en otro lugar y volver por el diagnóstico; a lo anterior me contestó que “NO ERA POSIBLE” porque ella sólo daba diagnósticos “SI HACÍAMOS LOS EXÁMENES QUE ELLA PEDÍA Y AHÍ EN ESA CLÍNICA”.

Ante tal respuesta tomamos a nuestra hija y nos fuimos indignados y culposos por no haberle tomado los benditos exámenes a Martina. Nos fuimos y 20 minutos después nos atendieron en la consulta del médico Patricio O´Ryan Costa. Yo calculé que tendría unos 70 años de edad, tal vez más. El profesional es medio sordo, por lo que tuvimos que gritarle un poco. Era evidente que él ya podría estar jubilado cultivando el jardín, que es el sueño de muchos adultos mayores, pero no, él sigue atendiendo cada mañana y hace espacio para ver casos urgentes.

Su consulta era muy acogedora. No tenía un computador y sólo había en su mesa una torre gigante de libros. Cuando él le habló a la Martina lo hizo de una manera muy sutil, generado un ambiente cálido lo que provocó que mi hija estuviese tranquila a pesar de las tercianas y del vómito incipiente. No tenía miedo y hasta se rió.

El profesional se tomó todo el tiempo del mundo para explicarle a Martina lo que le iba haciendo al momento de revisarla: la midió, la pesó, le revisó una de sus articulaciones, en resumen, la trató muy bien.

Luego del chequeo, inmediatamente le preguntamos que era lo que tenía nuestra hija. Él amablemente nos pidió que no lo apuráramos y guardamos silencio. Tras unos minutos nos dijo que Martina tenía una FARINGITIS AGUDA, la que requería antibióticos y reposo en cama por 5 días. Nos dio una serie de indicaciones, entre ellas, referente a su talla, peso, alimentación y desarrollo en general.

Terminó de hablar y nos dijo que si algo no entendíamos, por favor le preguntáramos, ya que si era necesario nos explicaba todo de nuevo. De los exámenes CUC, ni hablar, dijo que no eran necesarios.

Nos fuimos de la consulta preguntándonos lo obvio: ¿Por qué una “pseudo doctora” pide exámenes que no son necesarios?, ¿Será que los pide exclusivamente la Clínica? ¿Por qué no pueden hacerse afuera?, ¿Cómo es posible que alguien que estudió por lo menos 7 años en la Universidad no pueda (con el máximo examen que es el CLÍNICO), diagnosticar una Faringitis?. ¿Cómo es posible que ni siquiera salude a su paciente?, ¿Cómo es posible que decidiera estudiar Medicina? ¡Explíquenme por favor! Esta señora o señorita no puede dedicarse a la medicina, es anti ético, anti profesional, anti humano.

Natalia Zañartu C.

BioBioChile tomó contacto con la Clínica Universitaria de Concepción (CUC), quienes a través de una representante especificaron que revisarán la carta y decidirán si ofrecen algún tipo de respuesta.