Los viajes espaciales ya no encantan tanto a las personas como lo hacían hace cuatro o cinco décadas, pero siguen siendo trascendentales para el avance de la humanidad e incluso para salvaguardar el futuro de esta.

En una entrevista con el diario El Mundo, John Grunsfeld, veterano astronauta y director científico de misiones de la NASA, dio cuenta de lo imprescindible de seguir investigando y evolucionando en la forma de realizar los viajes espaciales, en especial con los planes trazados para las próximas décadas, que tienen en la mira la realización de misiones tripuladas a Marte.

Grunsfeld afirma que este desafío es enorme, pues significa tener la disposición no solo de EEUU, sino que de todas las naciones para realizar este proyecto en conjunto, y enviar a un grupo de astronautas a un viaje que tardaría por lo menos dos años, y que, a su juicio, podría concretarse entre los años 2030 y 2040, dependiendo de la situación política que condicione a los programas espaciales de ese entonces.

Son al menos veinte años de preparación para este desafío espacial, en que previamente se debe explorar y practicar con viajes de larga distancia, quizás con un eventual retorno a la luna y con la posibilidad descubrir nuevos secretos del universo en el camino. Esto gracias a la tecnología que se lograría con al avance en conjunto de los programas espaciales internacionales, que según espera Grunsfeld, en un futuro también puedan contar con la colaboración de China, cuyo programa de investigación aún se encuentra aislado de las otras naciones, debido a su control militar.

Pero pese a las voces detractoras a la idea de enviar humanos a Marte, debido a la existencia de máquinas que pueden realizar las labores de investigación, el director de Misiones de la NASA afirma que es fundamental mirar hacia el futuro de la humanidad, debido a que tarde o temprano emigrar será la opción para sobrevivir.

“Si queremos asegurar la futura supervivencia de la Humanidad, antes o después tendremos que dejar la Tierra. Es prácticamente seguro que en algún momento nuestro planeta sufrirá el impacto de un asteroide devastador. También es casi una certeza que el clima cambiará hasta el punto de convertir la Tierra en un lugar inhabitable, ya sea por causas naturales o provocadas por nosotros mismos. Por lo tanto, creo que no sólo tendremos que viajar a Marte, el siguiente planeta más lógico en el que podríamos establecernos, sino mucho más lejos, a otros sistemas planetarios”, señaló a El Mundo.

Lo anterior también abre otras dudas, y quizás la más recurrente apunta a la eventual existencia de vida en otros planetas, lo que para el veterano astronauta es una posibilidad muy real, en especial tras ver los resultados de la misión Kepler, que sacó a la luz la existencia de planetas similares a La Tierra donde, si bien no se ha comprobado, quizás por estadística podría existir vida, asegura.

Pese a esto, se mostró escéptico en relación a la posible existencia de vida inteligente, ya que, incluso en nuestro planeta es difícil de encontrarla, aseguró, argumentando que tal vez no nos ha visitado ninguna civilización extraterrestre “porque es muy difícil ser una especie tan inteligente como para que sus miembros no se peleen de manera destructiva entre ellos y destruyan su propio ecosistema”.