Sin referencias a la demanda boliviana en La Haya, la presidenta Michelle Bachelet y su homóloga brasileña, Dilma Rousseff, concluyeron la reunión enfocada en estrechar lazos y generar mayor intercambio entre ambas naciones.

Bachelet no se refirió al tema que tiene a Chile una vez más en la Corte de La Haya. Todos los presidentes que se encuentran en el país, que es sede del Mundial de Fútbol 2014, se reunirán en un almuerzo en Sao Paulo, lugar donde Evo Morales, presidente de Bolivia y la mandataria se verán una vez más las caras, por lo que se informó que el encuentro puede dar origen a un diálogo informal entre ambos líderes.

En tanto el canciller chileno Heraldo Muñoz, indicó que no existe alguna solicitud de ese país para sostener conversaciones con Michelle Bachelet.

Por otra parte, distintos sectores de la Alianza han criticado el viaje de la presidenta, calificándolo como inoportuno, debido a que aún existen temas de reconstrucción por el incendio de Valparaíso y el terremoto de Arica. Ante esto, la ministra del Deporte, Natalia Riffo, sostuvo que Bachelet lidera un equipo conformado por ministros que se pueden hacer cargo de estas tareas.

Reunión en Brasilia

Por otra parte, durante el encuentro que ambas mandatarias sostuvieron, aprobaron un acuerdo para intercambiar informaciones sobre sus dictaduras en Chile y Brasil, periodo en el cual fueron víctimas de prisión y tortura.

La iniciativa busca ayudar al “esclarecimiento de graves violaciones a los derechos humanos, ocurridas durante las dictaduras que asolaron a ambos países”, señala el documento divulgado por la cancillería brasileña.

La presidenta brasileña recibió a Bachelet en el palacio presidencial de Planalto de Brasilia, poco antes de viajar a Sao Paulo donde ambas participarán del juego de apertura de la Copa del Mundo que enfrentará a Brasil y Croacia.

El acuerdo coincide con los 50 años del golpe que dio origen a 21 años de dictadura en Brasil (1964-85), y los trabajos de una Comisión de la Verdad que debe concluir la investigación de ese período en Brasil a final de este año. Brasil es el único país del cono sur que no ha juzgado a los represores, amparados por una Ley de Amnistía.

Ese intercambio de informaciones es significativo, ya que las dictaduras del Cono Sur colaboraron en la represión a los disidentes políticos de otros países, en la llamada Operación Cóndor.

Además, “hubo muchos brasileños que se exiliaron en Chile, y que tras el golpe de 1973 fueron mantenidos presos en el Estadio Nacional; hubo torturadores brasileños que fueron enviados para capturar a esos brasileños que habían encontrado refugio en mi país”, explicó el canciller chileno, Heraldo Muñoz, en abril durante una visita a Brasil.

Rousseff, ex guerrillera en la dictadura, fue encarcelada y víctima de tortura. Bachelet, socialista e hija de un piloto de la Fuerza Aérea -leal al presidente Salvador Allende- que falleció tras torturas luego del golpe de Estado del general Augusto Pinochet, fue detenida en un centro de torturas.

Durante la visita de Bachelet, la Confederación Nacional de la Industria brasileña y la Sociedad de Fomento Fabril chilena suscribieron un acuerdo para impulsar proyectos que amplíen la relación comercial, mejoren las infraestructuras y reduzcan los costos del transporte, señalando que los empresarios nacionales tienen una inversión que alcanza los 24 mil millones de dólares, en el país de la samba.

Los empresarios brasileños declararon interés en la Alianza del Pacífico que une a Chile, Colombia, México y Perú, y pidieron participar como observadores en su próxima reunión empresarial.