Un equipo forense peruano realiza por primera vez la búsqueda de cientos de indígenas de las etnias asháninkas y machiguengas, que habrían sido asesinados y enterrados en zonas boscosas del centro del país durante el conflicto con la guerrilla de Sendero Luminoso.

Especialistas del ministerio público llevan a cabo la búsqueda de los indígenas desaparecidos en la región de Junín, guiados por informes de familiares y testigos de los asesinatos en las comunidades nativas.

“La denuncia de los pobladores y del informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación es el asesinato y desaparición de unas 160 personas en el distrito de San Martín de Pangoa, provincia de Satipo, Junín”, dijo a la AFP Iván Rivasplata, jefe del equipo especializado de forenses del ministerio Público y quien encabeza la investigación.

“Los testigos indican que esas personas fueron enterradas en varias fosas”, indicó el forense.

Rivasplata señaló que desde los primeros días de junio “venimos trabajando con un equipo de siete personas (cuatro antropólogos forenses, un arqueólogo, una bióloga para muestra de ADN y un camarógrafo) en siete fosas de las comunidades de Yanaipango, Boca Matzuriniari, Mapotoa”.

“Hasta el momento se ha encontrado un solo cuerpo que está siendo analizado”, dijo tras indicar que la búsqueda se dificulta por “lluvias constantes en la zona y nuevos árboles y plantas que han cambiado la geografía del lugar”.

“Los testigos afirman haber visto la muerte de familias enteras, pero no están seguros dónde fueron enterradas las personas porque ha cambiado mucho el lugar”, agregó.

Rivasplata dijo que, según su experiencia, mucha veces los nativos asesinados eran arrojados a los ríos o a los bosques donde los cuerpos quedaban a merced de animales carroñeros.

Según la Comisión de la Verdad, unos 6.000 asháninkas, la etnia más numerosa de Perú, fallecieron a causa de la guerra interna entre 1980 a 2000. Unos 5.000 fueron esclavizados por las milicias de Sendero Luminoso.

Según expertos en el conflicto interno, Sendero Luminoso buscó dominar a los asháninkas pues sus territorios comunican Lima con las regiones amazónicas y con Ayacucho, centro de la insurgencia senderista.

La guerrilla maoísta inició un conflicto interno en 1980 que en dos décadas dejó unos 69.000 muertos y desaparecidos, según la Comisión de la Verdad.

Sendero Luminoso está desarticulado desde hace más de una década y sus principales líderes están presos, pero algunas columnas se refugiaron en la selva y se aliaron con el narcotráfico, según el gobierno.