Un médico de Oklahoma, inspirado en uno de los tiroteos más mortíferos en escuelas estadounidenses, inventó un método de defensa insólito en caso de que alguien abra fuego en un salón de clase: una manta antibalas.

Steve Walker, de 43 años y con dos hijos, creó este escudo de color naranja — similar a una alfombra de yoga — para que los niños estén mejor protegidos de ataques armados y tornados.

Walker dijo haberse sentido frustrado a raíz del tiroteo en el que murieron 20 niños en la escuela de Sandy Hook en diciembre de 2012, así como por un tornado que arrasó escuelas de Oklahoma en mayo de 2013.

Este martes un homicida y un estudiante murieron en una escuela de Oregon (noroeste).

Everytown for Gun Safety, grupo creado por el multimillonario exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg para acabar con la violencia, informó que desde la masacre de Sandy Hook hubo 74 tiroteos en escuelas.

Aquella tragedia desató un intenso debate sobre el escaso control de armas en Estados Unidos, mientras que las medidas que fueron impulsadas por el presidente Barack Obama fracasaron en el Senado debido a la férrea oposición del grupo de presión liderado por la National Rifle Association.

Walker contó que él y sus socios quisieron ir un paso adelante del estancamiento político y “desarrollar algo en el que ambas partes pudieran estar de acuerdo”.

“No tomamos ninguna de las dos posiciones, porque hacerlo nos llevaría adonde estamos en este momento, y eso no da protección a nuestros hijos”, dijo por teléfono a la AFP desde Oklahoma.

Los creadores señalaron que la “manta guardaespaldas” (“Bodyguard Blanket)”, que cuesta unos 1.000 dólares (550 mil pesos) está hecha con los mismos materiales a prueba de balas que los que usa el ejército estadounidense, y que protege contra el 90% de las armas que han sido usadas en tiroteos en escuelas estadounidenses.

“No estamos diciendo de ninguna manera que esto impedirá que los niños sean heridos. Sólo se reducen las posibilidades”, aclaró Walker a la AFP.

Algunos critican el color llamativo de la manta, otros, su alto precio: por 1.000 dólares cada una, las mantas se llevarían todo el presupuesto de muchas escuelas, aún con descuentos importantes.

Walker, consciente del alto costo del material a prueba de balas, destacó que las mantas eran mucho más baratas que construir refugios para protegerse de los tornados, que cuestan hasta 5 millones de dólares.

Stan Schone, socio de Walker, dijo que algunos particulares se habían interesado en el producto desde que fue lanzado a fines de mayo.

Otras empresas también pusieron a la venta mochilas y artículos a prueba de balas para escolares.

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