Estimados BioBioChile:

Mi nombre es Valentina Villegas y soy trabajadora independiente. A continuación paso a detallarles mi caso.

Cuando se habla de trabajadores independientes se entiende desde el inicio que se trata de personas que con sus propias herramientas buscan mes a mes cómo ganar dinero, ya sea a través de un “emprendimiento”, una empresa ya consolidada en donde afortunadamente se cuenta con ingresos asegurados mes a mes, o se trata de personas que entregan boletas de honorarios sí o sí todos los meses, pues, pese a que rinden horarios y una dedicación diaria a sus lugares de trabajo, aún no han sido contratados.

Pero también existe un grupo poco visibilizado: trabajadores independientes que deben vivir del ahorro y planificación de sus ingresos intermitentes durante el año, a veces con dulces remuneraciones, a veces con escuálidos pesos. Lo que sí, estos trabajadores deben contemplar en cada peso que reciben que se les retendrá el 10% y que si quieren contar con salud deben pagar además cotizaciones previsionales al menos seis meses al año de manera continua o intermitente (ojo que si comienza sus cotizaciones como independiente deberá pagarle al Estado 6 meses de cotizaciones sin derecho a tener salud).

Imagínese ahora que estas personas que reciben remuneraciones una vez entregado el producto de su trabajo por uno, dos, tres o más meses de laburo en investigaciones, estudios, consultorías, asesorías, productos o lo que le pidan en su rubro, debe esperar entre 30, 60 o incluso más de 90 días una vez emitida su boleta o factura para que el cliente le pague por el trabajo realizado.

Esa persona debe restar el 10% ya contemplado y evaluar después de pagar deudas acumuladas en todos esos meses de trabajo, su arriendo/dividendo, las cuentas de la casa y la familia, si es que le queda dinero para poder pagar sus cotizaciones previsionales. Pues obvio, usted trabaja a honorarios porque nadie ha querido gastar desde una institución todo ese dinero en usted, lo que implica que sus honorarios, debe contemplar arreglárselas solo.

Ahora agregue a ese mismo trabajador dos factores: es mujer y está embarazada. En ese contexto la mujer debe ojalá mantener lo más bajo perfil su embarazo, pues es posible que algunos de sus clientes se espanten con la idea de trabajar con una mujer que en algún momento deba resguardar con más dedicación su salud por alguna situación particular que la ponga en riesgo a ella o su feto en gestación. En mi caso, hasta el tercer mes de embarazo no tuve problemas, mi barriga era lo suficientemente pequeña como para no tener que llegar a cada reunión explicando que estaba embarazada, que tenía tantos meses de gestación, que yo y mi bebé estamos bien de salud, que no he sufrido náuseas y que puedo trabajar sin problemas, y con ello dar cuenta finalmente que llevo un feto en el útero y no un problema laboral.

Pese a ello, la barriga crece y tarde o temprano todo tu círculo laboral se entera que tendrás un hijo. En este contexto desde el mes cuatro recibirás 1 llamada de un cliente y posiblemente todos los otros no contesten los correos cuando se trata de trabajo: tu sueldo se ha reducido a un cuarto y sabes que cuando te paguen no te alcanzará ni para las cuentas de la casa ¿cómo podría entonces pagar mis cotizaciones previsionales? ¿Cómo podría asegurar tener 6 cotizaciones pagadas antes de los 6 meses de embarazo en que comienza el pre natal?

Nunca fue mi idea contar con un sueldo de clase media con el pre natal, pues claramente mis ingresos habían disminuido con suerte a un sueldo mínimo, de todos modos no me venía mal recibir ese dinero, pues nadie puede apostar que contaré con ingresos desde ahora que tengo casi 8 meses de embarazo hasta no sé cuándo después que nazca mi hijo. Sin considerar que el poco trabajo que tenía disminuyó a la mitad una vez que debí hospitalizarme por riesgo de parto prematuro ¿y por qué? Porque como mis ingresos serían escuálidos en un futuro cercano, debía juntar todo el dinero posible antes de que mi hijo naciera, lo que me pasó la cuenta en mi salud y debí detenerme.

¿Qué sucedió entonces?

Desde mis dos meses de embarazo que comencé a preguntar qué se necesitaba para poder tener pre y post natal. Siempre mantuve la idea de hacer todos los esfuerzos que fuesen necesarios para tener previsión social. Para ello fui al consultorio con la asistente social, que sabía menos que yo del “derecho” y me derivó a Chile Atiende, quienes en forma presencial y también telefónica me dijeron que debía pagar las cotizaciones atrasadas y quedaba habilitada para ser “evaluada como beneficiaria de pre y post natal”. También pregunté en IPS y FONASA, pues uno nunca sabe si la información que le entregan es correcta, es completa o es oportuna (incluso en el consultorio se me llegó a decir que si hacía el trámite más tarde no me preocupara porque el pago de mi pre natal podía ser retroactivo, me sorprendió el nivel de comprensión de la situación por parte del Estado). En fin, todos me dijeron lo mismo, debía pagar las cotizaciones y podía “postular al beneficio”.

Cuando conté con el dinero recibido de la tan ansiada devolución de impuestos, tuve el monto para pagar las cotizaciones que no había podido cubrir antes, pues carecía de ingresos suficientes entre enero y mayo para destinar más allá de las necesidades básicas. Cuando ya contaba con todo, llego a la Caja de compensación y me informan lo que durante meses nadie me ha logrado decir: los trabajadores independientes no pueden pagar cotizaciones atrasadas. Llamo desde la misma sucursal de la Caja a Chile Atiende y me dicen con toda naturalidad “claro, así es, usted no tiene derecho a pre y post natal” o sea fui castigada por ser trabajadora independiente que reciben remuneraciones intermitentes y está embarazada.

De esta manera los trabajadores independientes somos castigados por no tener contrato laboral y debemos asumir lagunas previsionales incluso cuando queremos pagar. Pero un momento ¿no se supone que lo que el Estado promueve es justamente evitar lagunas previsionales? ¿Entonces por qué si cuento con el dinero no se me permite pagar? Insólito.

Bajo esta lógica de castigo y paradojas en los discursos e información entregada desde los organismos del Estado, sólo puedo decir que sigo con reposo por la pasada de cuenta de mis intentos de asegurar dinero para los próximos meses, y que no cuento con la posibilidad de tener pre y post natal, pues no se me entregó toda la información que tan insistentemente pedí desde las 7 semanas de embarazo. Hoy con 33 semanas ya es tarde para poder hacer algo, pero tampoco se me puede decir que me quedé sin hacer nada.

¿Qué se dice entre líneas con esto a todas esas mujeres independientes que se encuentran en mi situación? Que sigan haciéndose contratos falsos para contar con los beneficios estatales, pues si lo hacen de otra manera SIEMPRE se arriesgarán a no contar con los beneficios que SI les deberían entregar como un DERECHO y que todos los “esfuerzos” del Estado por promover que las mujeres tengamos hijos, siguen siendo escuálidos aportes precarizados por medidas definidas desde un escritorio, en donde no se le ha preguntado a las mujeres en qué situación nos encontramos para poder tener a nuestros hijos.

¿Por qué si trabajamos como independientes debemos ser “evaluados” para recibir un beneficio que el Estado debería asegurar a todas las mujeres que trabajamos? ¿Por qué se nos imponen plazos durante nuestro embarazo de lo que es o no pertinente para postular? ¿Hay realmente diferencia entre pagar las cotizaciones adeudadas con 4 o con 7 meses de embarazo? Si soy trabajadora independiente el Estado debería contemplar que no tengo plazos fijos en los que se me pague, tampoco cuento con honorarios fijos ¿entonces cómo podría pagar en plazos establecidos DURANTE mi embarazo? ¿No deberían contemplar la posibilidad de que mis honorarios disminuyen? ¿Tanta fe le tienen al mercado laboral que creen que una mujer embarazada seguirá con el mismo nivel de ingresos siendo independiente?

Para finalizar: colegas independientes, sigamos asumiendo que para nosotros las leyes sociales siguen siendo de cartón.
Saludos,

Valentina Villegas
Trabajadora independiente y embarazada SIN DERECHO a pre y post natal.
Santiago de Chile, 9 de Junio de 2014