Es probable que si te hablamos de Adrián Lara, no sepas a quién nos referimos. Sin embargo si lo mencionamos como “Wachu”, el torpe y negligente aprendiz de inglés, sí se te vengan a la cabeza algunas de sus más notables frases.

Éeexito“, “Chicken-Rechicken” u “Hospitaliseishon” son algunos de los términos que este venezolano ha popularizado en toda Latinoamérica gracias a los divertidos comerciales de OpenEnglish, los que protagoniza junto a Andrés Moreno, el propio fundador de la empresa de “cursitos online”.

Pocos saben sin embargo que Lara no es comediante sino modelo de alta costura, carrera que ha cultivado con éxito (el de verdad) desde que emigró a los 16 años de La Victoria, su pueblo natal, al punto de presentarse en pasarelas de Londres y Milán en Europa.

“Antes de viajar a Londres hablaba inglés igual que Wachu. Ahora no lo hablo como Andrés Moreno, el de Open English, pero ya hablo mejor que Wachu. ¡Wachu no tiene ni idea!”, confidenció entre risas en una entrevista al diario El Tiempo de Colombia, país donde se radicó a fines del año pasado.

Aunque quisiera contar alguna anécdota mágica sobre cómo llegó a trabajar con OpenEnglish, la verdad es decepcionantemente simple.

“Fue en un casting hace como 5 años. Estaban buscando a este chico que no hablara inglés bien y que fuera carismático. Quedé ahí en el casting y desde ese momento comencé a grabar todos los spots. Fue en Caracas, Venezuela”, indicó al diario El Comercio de Perú.

A partir de entonces su personaje caló hondo en el público, al punto de firmar contrato por otros 5 años más con OpenEnglish para seguir representándola en sus comerciales. “Wachu es Adrián. Siempre le digo a la gente que cuando lo interpreto no es que haga una superactuación ni me meto en el personaje. Wachu tiene el carisma de Adrián, la astucia. Pero no soy tan cómico como Wachu. Soy más serio. Claro que me gusta tener buena relación con todo el mundo y caerles bien a las personas”.

En este sentido, Lara satisface una duda de muchos de sus fanáticos: ¿de dónde proviene el nombre de su personaje, Wachu? “Wachu viene de ‘wachuguar’ el inglés. Es un dicho venezolano que se dice cuando alguien habla pésimo el idioma”.

Adrián Lara (Archivo)

Adrián Lara (Archivo)

Quizá este ha sido el secreto para hacerse tan querido entre el público.

“La gente me grita en la calle “chicken, rechicken, éxitoooo, Wachu” y me piden autógrafos. Llevo 5 años haciendo esta campaña y me vine a dar cuenta hace dos años que había trascendido, por algunas entrevistas que me hacían. No me siento famoso, como que no lo asimilo y no lo puedo creer. En el poco tiempo que llevo aquí (en Colombia) me ha ido muy bien. He hecho algunos desfiles pero no sé quién es quien, no sé quiénes son los famosos, los diseñadores, los fotógrafos, y algunos de estos personajes me piden tomarse fotos conmigo”, afirma Lara.

Su desconocimiento del nivel de popularidad de su personaje incluso le ha granjeado algunas anécdotas, como su encuentro con la modelo internacional Natalia Paris.

“Cuando me invitan a un evento me siento perdido. Me pasó hace unos días con Natalia París. A ella sí la reconocí y le pedí que se tomara una foto conmigo y me dice: ‘¡Ayy, si yo también quiero una foto contigo!’”.

Comunicador social tras su paso por la universidad, Adrián Lara tuvo una infancia feliz rodeada de mascotas como pollitos, hamsters, gatos… y Bertha, una boa constrictor que le regaló su madre. “Mi mamá me regaló esa boa constrictor arcoíris en una superpiscina que tenía troncos térmicos. La quería muchísimo, pero se fue un día, y creo que fue mejor así”, relata.

Respecto de la situación en su país, el portavoz de OpenEnglish lamenta los cambios que ha sufrido Venezuela en los últimos años. Sobretodo respecto del mundo del espectáculo, las comunicaciones y la entretención.

“Mi país tenía una vida social increíble. Éramos los reyes de las telenovelas, de los desfiles, de la moda. Ya nada de eso existe. No hay programas de TV de entretenimiento. Hemos perdido muchas cosas y el entretenimiento nacional se ha ido a pique totalmente. Un niño de Venezuela ahora no es igual que un niño de hace 15 años, sea chavista o no. Hay una delincuencia desatada y la vida no tiene precio, no hay garantías. No hay un organismo de ley que tú sepas que va a velar por ti, que te permita sentirte protegido. Por eso me fui a trabajar y a estudiar fuera del país. Allá muchas personas están sin trabajo; el año pasado mataron a 24.000 personas. Tenemos una paranoia social“, asegura.

http://youtu.be/xyR0teBuXWg