Argentina presentó este martes sus argumentos finales ante la Suprema Corte estadounidense en el caso que la opone a fondos especulativos que litigaron ante la justicia para cobrar deuda en default sin quitas, informaron fuentes oficiales argentinas.

La presentación constituye una respuesta a un documento de 45 páginas que los grupos de acreedores presentaron ante la Suprema Corte a principios de este mes, y cierra así la etapa de presentación de argumentos por escrito de las partes.

Argentina, según un comunicado del Ministerio de Economía, insistió en su compromiso de pagar a acreedores que aceptaron sumarse a la reestructuración de la deuda con fuertes quitas, e insistió en pedir a la máxima corte estadounidense que revea decisiones “equivocadas” de tribunales inferiores que fallaron en favor de los fondos especulativos.

Así, Argentina solicitó a la Corte que “revise las decisiones equivocadas de los tribunales inferiores, que en la práctica prohibirían (…) efectuar el pago de la deuda reestructurada que se está pagando conforme a sus términos”, de acuerdo con el Ministerio de Economía.

Un tribunal de Nueva York, en una decisión ratificada posteriormente por otras cortes, condenó al gobierno argentino a pagar a tenedores de bonos que no ingresaron al canje de deuda y buscan en los tribunales recibir la totalidad de los adeudos.

Ademas, “estas decisiones violan la soberanía de la República Argentina porque pretende que se pague a los holdouts (fondos) con reservas que gozan de inmunidad soberana”, asegura el texto.

La Suprema Corte estadounidense deberá manifestarse en junio sobre la petición argentina de rever esos fallos de tribunales inferiores.

Argentina y los fondos especulativos que se niegan a sumarse a las reestructuraciones de la deuda llevan ante la Corte Suprema estadounidense una batalla legal con implicaciones que van más allá de las partes, porque podría condicionar futuras reestructuraciones de deuda.

Argentina reorganizó en dos canjes, en 2005 y 2010, el 93% de su deuda en default desde 2001, con grandes pérdidas de hasta 67% del capital para los tenedores.

Sin embargo, los “fondos buitre”, como les llama el gobierno de Argentina porque compraron la deuda ya en default, como NML y Aurelius, decidieron no sumarse a la reestructuración de la deuda y pasaron a pleitear en los tribunales.