Los ucranianos empezaron a votar este domingo para elegir a su futuro presidente, que tendrá la dura tarea de poner fin a la insurrección separatista prorrusa en el este del país y normalizar las relaciones con Rusia.

Los separatistas prorrusos han amenazado con bloquear la votación en las zonas que controlan en el este industrial de Ucrania, donde muchos colegios electorales estaban cerrados.

Los países occidentales consideran crucial esta votación para evitar que Ucrania se desintegre, después de que en marzo la península de Crimea se anexionara a Rusia y desatar la mayor crisis diplomática entre Moscú y occidente desde la Guerra Fría.

Según datos del gobierno de Kiev, 29.000 colegios electorales de un total de 33.500 estaban abiertos, con un participación del 17% en las tres primeras horas de votación.

Signo de la tensión en el este del país, el sábado un periodista italiano y su traductor murieron por tiros de obús cerca de Slaviansk. Un miembro del ejército ucraniano también falleció de madrugada en enfrentamientos en la región.

En total, más de 36 millones de electores están convocados a las urnas en todo el país.

“Lo primero que tenemos que hacer es traer paz a todos los ciudadanos de Ucrania. La gente armada tiene que abandonar las calles”, dijo el multimillonario Petro Poroshenko, favorito en los sondeos con un 45% de los votos.

El magnate proocidental ha prometido gestionar Ucrania igual que su próspera empresa de fabricación de chocolates Roshen.

En la capital, los electores hacían largas colas para elegir a su presidente y también a su nuevo alcalde. “Voto por Yulia” dijo Raisa Podlesniuk, de 73 años, en referencia a la antigua líder de la revolución prooccidental de 2004, Yulia Timoshenko, segunda en los sondeos.

Manifestaciones en Donestk

En el bastión rebelde de Donestk, donde parecía no haber ni un solo colegio electoral abierto, cerca de 2.000 personas se manifestaron para apoyar a los separatistas. “¡Son nuestros héroes!”, gritaba la muchedumbre.

Las regiones de Donetsk y Lugansk proclamaron hace dos semanas su soberanía tras referendos de independencia.

“Ucrania es ahora otro país, no veo por qué deberíamos tomar parte en esta elección”, declaró a la AFP Elisabeta, en el centro de Donetsk.

Petro Poroshenko es el favorito aunque no tiene asegurada la victoria en la primera vuelta y tendría que esperar hasta una hipotética segunda vuelta, el 15 de junio.

Sus principales adversarios son Yulia Timoshenko, favorable a la adhesión del país a la OTAN, y el prorruso Serguei Tiguipko, que promete normalizar las relaciones económicas con Moscú.

Hasta la víspera del escrutinio, el gobierno interino nacido en las barricadas de Maidán -la plaza en Kiev donde empezó el movimiento de protesta que echó del poder al presidente prorruso Viktor Yanukovich a finales de febrero- se movilizaba para intentar convencer a los ucranianos de la importancia de tener un presidente “legítimo”.

El viernes, el presidente ruso, Vladimir Putin, hizo un gesto de apaciguamiento y dijo que respetará “la voluntad del pueblo ucraniano” y trabajará junto al futuro jefe de Estado.

Rusia también anunció el inicio de la retirada de sus 40.000 soldados desplegados desde marzo en la frontera con Ucrania.

A pesar de ello, el primer ministro ruso Dimitri Medvedev anunció su intención de visitar este domingo Odesa, cuya anexión a Rusia en marzo provocó tensiones con los países occidentales.

El final de la campaña ha estado marcado por el recrudecimiento de los combates en el “frente del este”, en particular en la región de Donetsk, donde más de 20 personas, en su mayoría soldados ucranianos, murieron en enfrentamientos entre separatistas y fuerzas leales a Kiev.