Un amplio estudio de la Universidad de Sydney (Australia) demostró que no hay ninguna evidencia que vincule las vacunas con el desarrollo de autismo en los niños.

La investigación publicada en la revista Vaccine y recogida por el diario británico The Guardian, analizó todos los sondeos disponibles respecto a la relación entre el autismo y las vacunas contra la difteria, el tétanos, la tos ferina, el sarampión, las paperas y la rubéola.

De este modo lograron reunir datos de 1,3 millones de niños de Estados Unidos, Reino Unido, Japón y Dinamarca, y concluyeron que no hubo riesgo de autismo asociado con alguna de las vacunas probadas, ni con sus ingredientes, incluyendo al cuestionado timerosal y el mercurio.

Guy Eslick, director de la investigación, dijo que los resultados mostraron que no hay conexión entre ambas cosas. “Espero que (el estudio) llegue a una gran cantidad de padres que están sentados pensando si deben vacunar a sus niños. Espero que ayude a cambiar de opinión”, afirmó.

El profesional señaló que estos hallazgos podrían ser claves para desmitificar el tema, aunque señaló que entendía si un padre se mantenía escéptico porque tenía un hijo que desarrolló autismo. “Es un tema emocional … quieren razones de por qué sus hijos son de la manera que son, y lo lamentable es que van a aferrarse a la desinformación y estudios falsos”, opinó.

El origen de la creencia de que las vacunas infantiles tienen algo que ver con el autismo, surgió luego de un estudio realizado por Andrew Wakefield y publicado en la revista The Lancet en 1998. Tiempo después, la investigación fue retractada y se consideró que Wakefield actuó “de manera deshonesta e irresponsable” en su análisis.

Cabe destacar que en países como Australia -misma nación donde se realizó la nueva investigación- la mayoría de los niños están vacunados, pero aún alrededor de 75.000 pequeños no han recibido todas las inoculaciones necesarias, y de éstos, casos, unos 15.000 ha sido porque sus padres desconfían de estos productos.

De hecho, el gobierno de esa zona a principios de este año emitió un “recordatorio urgente” para que los padres vacunaran a sus hijos después de un brote de sarampión.