El presidente regional de Áncash, César Álvarez, acusado del asesinato de su principal opositor político, se encuentra detenido en la División de Criminalista de la Policía Nacional, informó la policía.

El funcionario, buscado intensamente, se entregó en la tarde del viernes a la justicia. Estaba acompañado de su abogado y de inmediato fue trasladado a una prisión de la División de Criminalista.

El fiscal Jorge Chávez Cotrina, coordinador de la Fiscalía contra el Crimen Organizado, informó que el presidente regional de Áncash, César Álvarez, permanecerá detenido por 15 días por las investigaciones que realiza la policía.

“Una vez terminado ese plazo la policía evacuará un documento a la fiscalía para que pueda formular la denuncia penal ante el Poder Judicial”, dijo.

Un juez había ordenado el jueves el arresto del presidente regional (gobernador) de Áncash, una región que recibe millonarios fondos por la minería, pero azotada por el crimen organizado.

Además, la captura de otras 28 personas, entre ellos un alcalde, sindicalistas, policías y periodistas, acusados de asociación ilícita, homicidio y encubrimiento por el asesinato del dirigente sindical y exconsejero opositor, Ezequiel Nolasco.

Álvarez, con prohibición de abandonar el país, negó en las últimas semanas las acusaciones y permanecía oculto.

Nolasco había denunciado que el crimen y el sicariato imperaban en la región, señalando que una mafia saqueaba las arcas públicas, compraba fiscales y opositores o mataba a quien no podía controlar, además de usar a policías como espías y a periodistas para difamar.

Según las denuncias judiciales, Álvarez usaba para beneficio propio y de su red de corrupción, millonarios fondos públicos provenientes de los impuestos que dejaron en los últimos años proyectos mineros de gran envergadura, que convirtieron a Áncash en uno de los departamentos con más recursos financieros en Perú.

Las cuentas del gobierno regional fueron congeladas por el Ministerio de Economía peruano, a pedido de órganos de control estatal.