La Policía Federal de Brasil (PF), responsable de la seguridad territorial del país, evalúa ir a huelga nacional cuando falta menos de un mes para el inicio del Mundial, aunque la Justicia prohibió que lo hiciera durante la Copa.

Por el momento, algunos de los agentes de la PF realizan una paralización de tres días en varios estados del país, que debe terminar mañana.

La decisión de ir a huelga nacional podría adoptarse entre miércoles y jueves, según informó a la AFP uno de los dirigentes de la Federación Nacional de Policías Federales.

“Estamos exigiendo una reestructuración de los salarios, que están desfasados, así como una reestructuración de la policía”, dijo a la AFP Jose Nedel Fagundes, director de estrategia sindical de la federación.

Si no reciben una respuesta a sus pedidos por parte del gobierno, el sindicato amenaza con irse a huelga.

“No se puede pedir seguridad pública si la policía es burocrática, desfasada y ahora desmotivada”, insistió. “No se trata de alarmar a la población, pero en verdad, va a parar todo”, explicó Nedel.

La Policía Federal está encargada de la seguridad de las fronteras y el servicio migratorio -que en junio espera recibir a unos 600.000 extranjeros por la Copa del Mundo-, así como el combate de las drogas y el terrorismo.

Los representantes uniformados dijeron a la AFP que no era posible informar el número de efectivos con que cuenta a nivel nacional, porque se trata de información reservada.

Pero según el sindicato, son unos 15.000 policías federales en todo el país, los que estarían pensando detener sus servicios.

Pese a esta posible paralización, un tribunal aceptó un pedido planteado por las autoridades nacionales que impide a la Policía Federal mantener la huelga durante la Copa del Mundo (12 de junio al 13 de julio) bajo pena de multa.

Esta medida de protesta se suma a otra que llevan trabajadores de la cancillería brasileña en algunos consulados del mundo, como Nueva York y París, exigiendo reajuste salarial, y cuando miles de turistas tramitan sus visas para viajar al Mundial.

En Rio de Janeiro, sede de la clausura de la Copa, conductores de autobuses cumplen un segundo día de huelga en demanda de mejoras salariales.

En tanto, en Pernambuco (noreste), otra sede de la Copa, un grupo de policías militares, responsables de la seguridad ciudadana, también entró en huelga exigiendo mayores remuneraciones, informó el portal del diario Folha de Sao Paulo.