Cristina Fernández recibió el lunes a Michelle Bachelet en la Casa Rosada, en Buenos Aires. Después de una ceremonia en que firmaron acuerdos bilaterales, respondieron preguntas. Una verdadera oportunidad para la prensa trasandina, pues hacía más de un año que Cristina Fernández no contestaba preguntas de los medios.

Lo más relevante fue dicho al pasar. Consultada por los problemas que tuvo la empresa Lan en el aeropuerto Aeroparque, la mandataria argentina dijo que “quien siempre me preguntaba por Lan era el presidente Piñera”.

Con esas breves palabras, Fernández instaló la sutil acusación de que Piñera, como Presidente, hizo gestiones usando su investidura, en favor de una empresa privada de la que fue socio.

Fue un misil contra el ex presidente chileno. Porque apunta justo a su flanco más débil: a los conflictos de interés que rodearon la instalación de su gobierno y a la incapacidad de establecer límites claros entre lo público y lo privado.