Los profesionales del videojuego adoptan cada vez más los códigos y el modelo económico del mundo deportivo a tal punto que se entrenan como los atletas, tienen sus propios club de fans y pueden cambiar de equipo.

Una treintena de estos nuevos “deportistas” participaron del jueves pasado hasta el domingo en París en la “League of Legends”, el juego en línea “faro” en este momentos, con 70 millones de usuarios.

El torneo entre especialistas, uno de los principales eventos del rubro en la temporada, llenó durante los cuatro días la sala Zénith, en el parisino Parque de la Villete, donde se encuentra la Ciudad de las Ciencias y la Industria, en el noreste de la ciudad.

“El deporte electrónico no se ha desarrollado al mismo ritmo en todas partes del mundo, pero actualmente cada región cuenta con profesionales del videojuego”, explicó a la AFP Nicolas Laurent, responsable de desarrollo internacional de Riot Games, el estudio que dio origen a esta producción.

Antes de cada partido, los nombres de los jugadores eran vitoreados por los 5.000 espectadores presentes en la sala, con absoluto fanatismo.

Detrás de cada equipo, un entrenador desliza sus consejos y anima a sus integrantes.

Entre bambalinas, algunos jugadores hacen sesiones de precalentamiento, mientras que otros reponen fuerzas comiendo frutas y alimentos con carbohidratos.

“Ser un jugador profesional exige mantener una buena higiene de vida. Por otra parte, vemos que existen reales diferencias entre los equipos asiáticos, mucho más serios, y los estadounidenses o europeos. Y esto se nota a veces en los resultados”, constata Laurent.

En París, la diferencia quedó una vez más en evidencia: la final del domingo opuso a los equipos chino y surcoreano, tras derrotar en semifinales a norteamericanos y europeos.

Finalmente, los coreanos ganaron 3-0, sin haber perdido un solo set durante el torneo.

Descubrir a las futuras estrellas

Ser jugador profesional virtual también significa vivir de éxitos virtuales. Las fuentes de ingresos son variables, y dependen sobre todo de los premios en los torneos y los patrocinios de empresas.

“Es frecuente contar con jugadores profesionales de videojuego que ganan centenares de miles de euros al año”, dice Laurent.

Para llegar a este nivel son “necesarios miles de horas de entrenamiento”, según Erik, un espectador de 31 años, quien viajó desde Suecia especialmente para asistir al torneo.

Antes de integrarse a un equipo profesional, los mejores son detectados en los propios servidores de juegos por los mánagers, que ansían descubrir a las nuevas estrellas.

“La vida de un jugador profesional es bastante parecida a la de un deportista de alto nivel. Hay que entrenar muchas horas todos los días y recorrer el mundo para competir”, describe Kurtis Lau, uno de los héroes del sector, oriundo de Hong Kong y más conocido por el seudónimo de “Toyz” en el mundillo de la “League of Legends”.

Para ayudar a los desplazamientos, Estados Unidos decidió el año pasado facilitar la obtención de visado para los jugadores extranjeros, con la finalidad de atraer nuevos talentos a los equipos locales.

Las transferencias también forman parte de la “League of Legends”. La semana pasada, el ruso Alex Ich, uno de los jugadores del momento, dejó su equipo de los Gambit Gaming para enrolarse en la formación sueca Ninjas in Pyjamas.

¿Cuál es la clave después de la carrera? Para “Toyz”, quien se retiró del circuito profesional a los 21 años, su reciclaje ya es un hecho.

“Preveo convertirme en entrenador de un equipo. Esto sería una evolución natural”, subraya. Una muestra más del paralelismo con el deporte profesional.