Más de siete millones de ucranianos del este del país están convocados este domingo a las urnas para decidir el futuro de su región, en parte controlada por separatistas prorrusos, en un referendo que podría desembocar en la secesión de esta parte del país.

Esta consulta, cuyas consecuencias son potencialmente históricas, será atentamente seguida por los 45 millones de habitantes de todo el país y también por las grandes potencias, que juegan su propia pulseada en esta situación crítica.

En los boletines de voto, impresos de manera improvisada por los rebeldes prorruso, se puede leer easta pregunta: “¿Aprueba usted la independencia de la República Popular de Donetsk?”, o, en su caso, “de Lugansk”.

Si el resultado del escrutinio no parece admitir dudas, la participación sí es una incertidumbre. Sin embargo, los separatistas, que no escucharon el llamado del presidente ruso Vladimir Putin para postergar el referendo, se mostraban confiados el sábado.

En Slaviansk, una ciudad de 110.000 habitantes carcana a Donetsk y bastión de los insurgentes, donde el sábado se escucharon varias detonaciones, el alcalde autoproclamado, Viacheslav Ponomarev, declaró el sábado que esperaba una “participación del 100%”. En Donetsk, el jefe de la comisión electoral de la república, Roman Lyaguin, habló de “millones” de votantes.

De cualquier manera, no se ha fijado “ninguna participación mínima para validar la votación”, precisó Lyaguin, subrayando que “el referendo es el único medio para evitar la escalada de violencia y la guerra”.

-Mucha tensión y oposición exterior-

En esta cuenca minera del Donbass, la población no parece entusiasta de manera unánime con la idea de separarse de Ucrania: de creer a varias encuestas ucranianas y a otra del instituto estadounidense Pew Research Centre, 70% de la población en el este del país es hostil al separatismo y favorable a la unidad territorial de Ucrania, mientras que sólo el 18% está de acuerdo con la secesión.

Para la organización de la consulta, los insurgentes afirman que en la región más poblada, la de Donetsk, más de 1.200 sitios de votación estarán habilitados entre las 08H00 y las 22H00 locales. Los primeros resultados podrían conocerse durante la noche.

En aquellas zonas consideradas demasiado peligrosas, los circuitos de votación “serán desplazados”, y en cada uno de los sitios voluntarios se harán cargo “de hacer reinar el orden e impedir los disturbios”.

Durante los últimos días la tensión se ha mantenido a un alto nivel en la región, escenario de enfrentamientos entre militares ucranianos y militantes prorrusos.

Kiev y los países occidentales condenan la celebración de esta consulta popular. Temen que ocurra lo mismo que en Crimea, que se unió en marzo a Rusia tras una consulta similar.

Estados Unidos, por su parte, había reafirmado el sábado de noche que no reconocería el resultado de estos referendos “ilegales de acuerdo al derecho ucraniano y que constituyen un intento para crear divisiones y disturbios”.

“Si estos referendos tienen lugar, violarán el derecho internacional y la integridad territorial de Ucrania. Estados Unidos no reconocerá los resultados” de los mismos, por ilegales, declaró la portavoz del departamento de Estado, ‘Jen’ Psaki.