Australia anunció este viernes la creación de una nueva agencia de protección de sus fronteras, con el fusionamiento operacional de los departamentos de Aduanas y de Inmigración, lo que le permitiría al gobierno ahorrar centenares de millones de dólares.

El ministro de Inmigración, Scott Morrison, dijo que esta ‘superagencia’ estaría dirigida por un comisionado civil bajo su supervisión. De esta forma el gobierno intenta aprovechar su éxito en la detención en sus aguas de buques atestados de inmigrantes ilegales.

Recientemente, Australia adoptó una política de línea dura contra los solicitantes de asilo que llegan a sus aguas territoriales en embarcaciones no autorizadas, y puso en marcha con su armada, desde hace meses, la Operación Fronteras Soberanas para prevenir nuevas llegadas de navíos con potenciales refugiados.

Con el despliegue de esta férrea política, la mayoría de los barcos con migrantes regresan por lo general a Indonesia, su punto de partida y, en caso de ser interceptados, éstos son confinados en campos en las islas lejanas de Nauru o Papúa Nueva Guinea, en el Pacífico, negándoseles la entrada a Australia.

“Esta es una medida de reforma que uniría a las oficinas de Aduana y de Inmigración en la Fuerza de Fronteras de Australia”, dijo a la radio ABC Morrison, consultado al respecto.

El país ha recibido críticas, tanto por el tratamiento a los inmigrantes en los remotos campamentos, como por el hecho de que sus propios barcos han ingresado en aguas jurisdiccionales de otros países, Indonesia, por ejemplo, durante esta ingente tarea preventiva.