Egipto reveló por primer vez este jueves el descubrimiento de tumbas de más de 3.000 años de antigüedad pertenecientes a dos dirigentes del ejército de los faraones en la famosa necrópolis de Saqqara, unos veinte kilómetros al sur del Cairo.

Estos descubrimientos de la Universidad de Arqueología de El Cairo son una nueva confirmación de que la antigua ciudad de Memphis, próxima a Saqqara, “continuó siendo un importante centro administrativo y militar cuando Luxor (sur) se convirtió en la verdadera capital” del Imperio Nuevo (1550-1070 antes de Cristo), estimó el ministro de Antigüedades, Mohamed Ibrahim.

La primera tumba, construida en piedra caliza, data del final del período ramésida y corresponde a Paser, jefe de los archivos militares y emisario del faraón en el extranjero, explicó a los periodistas el jefe de la misión, Ola el Aguizi.

Los bajorrelieves coloridos de su interior representan el tribunal del más allá presidido por el dios Osiris, encargado de juzgar el alma de los difuntos en el Egipto faraónico, así como a la mujer e hijos del difunto.

El segundo mausoleo, de ladrillos de terracota, pertenecía a Pthames, jefe del ejército y de la tesorería con Seti I y Ramsés II, uno de los faraones más célebres por sus proezas militares y los ostentosos monumentos construidos durante su reinado, añadió Aguizi.

Los grabados de esta tumba, de la que se tiene conocimiento desde el siglo XIX, representan escenas de pesca pintadas en rojo, así como el cargo de los difuntos inscritos con jeroglíficos.