En los últimos meses el nombre de Irene Aravena ha ocupado espacio dentro de los medios. Es que la ciclista nacional protagonizó un grave accidente en los últimos Juegos Suramericanos Chile 2014, pero además dio positivo en un control antidoping, el que luego se determinó fue por cocaína.

En entrevista con el Diario El Mercurio, Aravena afirmó que sobre el examen que determinó el dopaje “no sé nada. No te puedo hablar nada de eso, porque han pasado casi cuatro meses y todavía no me notifican oficialmente qué pasó con la contramuestra”, aprovechando de aclarar que le “molestó mucho que una compañera (Estefanía Núñez) haya dicho que estuve internada en un centro de rehabilitación. Eso es mentira (…)Solo me gustaría aclarar que nunca estuve internada”.

La pedalera indicó que, a su parecer, “lo del dopaje (dado a conocer días después del accidente en el velódromo de Peñalolén) fue para bajarle el perfil al accidente, que fue muy fuerte. Fue grave. Hay muchas cosas raras, pero ya no pienso en eso. Me hace mal“.

Aravena insiste en ese punto y profundiza al señalar que “lo encuentro extraño. Y sobre el accidente, sé que el partidor no lo sacaron por negligencia. No creo que exista alguien que haya querido dejarlo ahí para que me matara”, agregando que presentó una querella “más que nada lo hicimos por la vulneración del reglamento, que señala que no debe existir obstáculo cuando un ciclista esté en pista. Nos acoplamos a la investigación de la Fiscalía Oriente”.

Por último, la deportista dejó establecido que la acción judicial apunta a su “rehabilitación. Que se hagan cargo de eso. Porque no sé si volveré a correr, pero tengo harta fuerza para salir adelante. Quienes quieren tirarme para abajo no lo lograrán”.