ENAP confirmó que la próxima semana detendrá definitivamente las operaciones de la planta productora de etileno en Hualpén, en el Gran Concepción, fecha que coincide con el cierre de la industria Petrodow en Talcahuano.

Según ENAP, luego de un profundo análisis técnico y financiero, se definió que el 15 de mayo próximo la planta de etileno detendrá definitivamente sus operaciones, luego de más de 40 años de funcionamiento.

De acuerdo a la estatal, era inevitable que continuara funcionando, porque en el mundo este tipo de plantas son veinte veces más grande que la existente en Hualpén. Adicionalmente, son alimentadas preferentemente con gas natural, a un muy bajo costo.

Todo el personal de esta unidad productiva, unas 40 personas, fueron reincorporadas a otras plantas de ENAP y se implementó un plan de capacitación que les permita adecuarse a las nuevas tareas.

Para el diputado por Talcahuano y Hualpén, Cristián Campos, miembro de la Comisión de Trabajo de la Cámara, lo importante no es el número de afectados sino la señal que se da.

Sin embargo, el presidente del sindicato de trabajadores de ENAP Bío Bío, Pablo Pinto, estima que la decisión fue la correcta, ya que la empresa operaba esta unidad a costa de las ganancias de quienes le compraban.

Fuentes al interior de la refinería comentaron que también pesó un asunto de seguridad, pues la antigüedad de la unidad ponía en riesgo las operaciones y era demasiado caro modernizarla.

El 15 de mayo próximo es la misma fecha en que cerraría Petrodow en Talcahuano, una industria que produce polietileno de baja densidad y que es alimentada en su insumo básico por ENAP.

Ésta se ubicaba estratégicamente junto a ella y operaba desde 1970. Un ducto entre ambas representa la estrecha conexión de sus operaciones.

Jorge Marty, gerente de la planta de Petrodow, reconoce que ya no pueden sostener la situación. Esto porque abastecerse de materia prima ya no es posible con ENAP ni desde el extranjero, por eso el contrato con la refinería no fue renovado. Los costos no le permiten ser competitivos.

En este caso, 30 personas que trabajan en la planta y unas 25 que prestan servicios son las afectadas por el fin de este negocio, que marca un punto más en el retroceso que vive la región a nivel productivo, y donde la industria se debilita y el desempleo sigue en aumento.