Un concejal valdiviano recurrirá a Contraloría para que se indague licitación del municipio que pidió calderas catalíticas para establecimientos educacionales, pero se instalaron equipos sin catalizadores.

Como poco lógicas calificó el concejal socialista de Valdivia, Marcos Ilabaca, las explicaciones entregadas por el director de la Secretaria Comunal de Planificación, Pedro Ríos, sobre el pago de dos licitaciones que exigían calderas catalíticas para establecimientos educacionales que, según las bases de licitación debían ser catalíticas, pero que no cuentan con ningún catalizador o filtro.

Uno de los puntos más cuestionados por el edil socialista es que Ríos explicara que lo que se quiso decir por “catalítica” en las licitaciones es que fueran calderas “amigables con el medioambiente”, cuando en el mismo proceso se reitera que deben contemplar mecanismos catalizadores.

Ilabaca anunció que recurrirá a Contraloría para que indague la legalidad de los procesos de licitación para las calderas de la Escuela Teniente Merino y el Liceo Armando Robles, que se encuentran ya instaladas.

El alcalde de Valdivia, Omar Sabat, dijo que el concejal Ilabaca puede recurrir a las instancias que estime conveniente.

Sabat, en todo caso, no fue tajante en descartar que el proceso presente irregularidades.

A las dos calderas ya instaladas se suma la licitación para la Piscina Aqua: se trata de dos calderas de 3.500 kilocalorías cada una y que, según las especificaciones técnicas, debían ser también catalíticas. El proceso se encuentra cerrado, pero aún no se ha adjudicado la licitación. El único oferente es el mismo que fue contratado por las licitaciones de la Escuela Teniente Merino y el Liceo Armando Robles.