Un policía egipcio murió víctima de una bomba lanzada por desconocidos este viernes en El Cairo, horas después de dos atentados en los que murió un soldado en el Sinaí, anunció el ministerio del Interior.

Las fuerzas del orden egipcias son blanco regular de atentados reivindicados por grupos yihadistas, que dicen vengarse así de la represión desatada por las autoridades contra los partidarios del ex presidente islamista Mohamed Mursi, derrocado por el ejército el 3 de julio del año pasado.

En el Sinaí, bastión de estos grupos insurgentes, un suicida detonó su bomba en un puesto de control de carretera de la policía y del ejército en El Tor, en el sur de la península, a un centenar de kilómetros de las estaciones balnearias del mar rojo, incluido el emblemático Sharm el Sheij.

Un soldado murió y seis policías resultaron heridos, según responsables de las fuerzas de seguridad.

Prácticamente al mismo tiempo, cinco civiles, todos egipcios, resultaron heridos en otro atentado suicida contra un autobús en una carretera vecina.

Un poco más tarde en El Cairo, una bomba sacudió un puesto de la policía de tráfico, matando a un funcionario e hiriendo a tres policías, anunció a la AFP un responsable del ministerio del Interior.

El ataque se produjo en el barrio de Heliópolis, en el norte de la capital, en el día de la oración para los musulmanes y cuando menos tráfico había, indicó a la AFP un portavoz del ministerio.

Estos ataques han dejado desde julio unos 500 muertos entre las fuerzas de seguridad, según el gobierno interino puesto en marcha y dirigido por el ejército desde el derrocamiento de Mursi.