El ejército ucraniano lanzó este viernes una ofensiva para recuperar la ciudad separatista prorrusa de Slaviansk que dejó, según Kiev, “muchos muertos y heridos”, tras lo cual Rusia pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.

El presidente interino de Ucrania, Olexandre Turchinov, precisó que murieron dos soldados ucranianos en esa ofensiva, mientras que una portavoz insurgente dijo que habían muerto tres rebeldes prorrusos y dos civiles.

La ofensiva militar lanzada a primera hora del día en Slaviansk y en la cercana localidad de Kramatorsk dejó “muchos muertos y heridos” entre los separatistas, declaró el presidente interino en un discurso a la nación.

Turchinov también pidió a Rusia que “cese la histeria, las amenazas y la intimidación” en torno a los acontecimientos en Ucrania.

Ante esta “grave escalada de violencia en el este de Ucrania”, Rusia pidió una reunión de emergencia del Consejo de seguridad de la ONU, que se esperaba que se lleve a cabo antes del mediodía en Nueva York, informaron diplomáticos este viernes.

Este viernes, el ejército tomó el control de nueve puntos de control que estaban en manos de los separatistas, según el ministerio del Interior. En las localidades de los alrededores de Slaviansk, los militares ucranianos fueron en ocasiones acogidos con hostilidad por la población local, que gritaba “vuelvan a casa” y trataban de bloquear el paso a los vehículos blindados, observó la AFP.

Las autoridades ucranianas exigen a los “terroristas”, en referencia a los separatistas prorrusos, que “liberen a los rehenes, entreguen sus armas y desalojen los edificios”, indicó en su cuenta Facebook el ministro del Interior, Arsen Avakov, que dijo estar en el lugar de los hechos con el ministro de Defensa, Mijailo Koval.

Las fuerzas ucranianas perdieron dos militares luego que dos helicópteros Mi-24 fueran derribados tras ser atacados con lanzacohetes portátiles según el ministerio de Defensa, para el que esto es obra de “grupos profesionales de sabotaje” y de “militares o mercenarios extranjeros”.

Rusia, a la que Kiev y los países occidentales acusan de teledirigir el movimiento separatista, calificó a la ofensiva militar de “operación de represalia” y de “golpe mortal al acuerdo de Ginebra” de mediados de abril entre Moscú, Kiev y los occidentales.

“El uso del ejército contra su propio pueblo es un crimen que lleva Ucrania a la catástrofe”, estimó el ministerio de Exteriores ruso en un comunicado, afirmando que “extranjeros que hablaban en inglés” apoyaron a los militares ucranianos en la operación.

Al apoyar a las autoridades de Kiev, “Estados Unidos y la Unión Europea asumen una gran responsabilidad y bloquean de facto la vía a una solución pacífica de la crisis”, acusó.