Rusia negó este viernes que Damasco haya usado armas químicas recientemente, afirmando tener pruebas de que las acusaciones al respecto son falsas.

“Se siguen fabricando acusaciones de presunto uso de agentes químicos contra las fuerzas gubernamentales. Según informaciones fiables de las que dispone la parte rusa, estas afirmaciones son falsas”, indicó el ministerio de Exteriores ruso en un comunicado.

Washington y París han asegurado tener elementos que prueban la utilización reciente de productos químicos tóxicos en Kafarzita, un bastión rebelde de la provincia de Hama (centro).

La Casa Blanca aseguró que se produjo un ataque de este tipo en Kafarzita, sitio en el que el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña, había denunciado que el pasado 12 de abril se produjeron casos de asfixia tras ataques con barriles explosivos.

La televisión oficial siria había acusado al Frente Al Nosra, brazo en el país de la red Al Qaida, de haber atacado Kafarzita con “cloro tóxico”.

Militantes opositores al régimen de Damasco también señalaron otros ataque realizados utilizando cloro, el más reciente de ellos habría tenido lugar el lunes en la provincia de Idleb (noroeste).

Según Hamish de Bretton-Gordon, un experto en armas químicas interrogado por la AFP, el cloro es un producto ampliamente utilizado en el ámbito civil y Damasco no tiene necesidad de comunicar cuáles son sus existencias del mismo.

Su toxicidad es bastante débil, pero se vuelve “muy eficaz en este tipo de guerra; en las zonas urbanas las armas químicas se introducen en cualquier rincón”, señaló este especialista.

Por otra parte, Siria entregó el 86% de sus armas químicas, anunció el martes la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). Siria se había comprometido en agosto a entregar la totalidad de su armamento químico antes del 27 de abril, para que sea destruido al 30 de junio como fecha tope.