Los guías nepaleses anunciaron este martes a la AFP que no escalarán más el Everest esta temporada en homenaje a sus colegas muertos el viernes en un alud, poniendo así fin a los planes de ascenso de cientos de montañistas extranjeros.

Los sherpas aportan una ayuda crucial a la escalada de la más alta montaña del planeta, al transportar tiendas y suministros, pero también reparando el material de escalada o fijando las cuerdas para ayudar a sus clientes a hacer cumbre en los 8.848 metros de altura.

El gobierno otorgó un permiso de ascenso a 734 personas esta temporada, entre ellas 400 guías, para un total de 32 expediciones al Everest. Los alpinistas pagan varias decenas de miles de dólares para una expedición al ‘techo’ del mundo.

“Mantuvimos una larga reunión esta tarde y hemos decidido no escalar más este año en homenaje a nuestros hermanos. La decisión de los sherpas es unánime”, dijo uno de ellos, Tulsi Gurung, en el campamento base.

“Algunos guías ya se han ido y otros se quedarán aquí durante aproximadamente una semana, el tiempo de empaquetar todo y marcharse”, afirmó Gurung, cuyo hermano fue una de las víctimas.

Trece sherpas murieron en un alud el viernes y los cuerpos de otros tres siguen sepultados bajo la nieve tras el accidente, el más mortífero registrado en el Everest.

Esta decisión parece anticipar el desenlace de las negociaciones en curso entre los sherpas y el gobierno nepalés.

Los guías nepaleses amenazaron con poner fin a la temporada si el gobierno no satisfacía antes del lunes sus reivindicaciones, en particular la mejora de la ayuda financiera para las familias de las víctimas y de la cobertura de seguros.

Varios montañistas occidentales abandonaron el campamento base el martes por la tarde rumbo a Katmandú con el objetivo de intentar ayudar a resolver la crisis.

“Decidieron que la indemnización no es el único tema, estimaron que incluso se debería cerrar el Everest este año en recuerdo de los muertos”, dijo a la AFP Ed Marzec, un montañista estadounidense en el campamento base.

Marzec, abogado de 67 años que pretendía convertirse en el estadounidense de mayor edad en alcanzar la cima del Everest, explicó también que el ambiente se había deteriorado en el campamento de base, ya que algunos alpinistas intentaban convencer a los sherpas de que reanudaran el trabajo.

“Los ánimos se caldean entre los guías sherpas, que dan rienda suelta a sus emociones”, contó en su blog Tim Ripper, un asiduo de las expediciones al Everest.

Los sherpas –nombre de un grupo étnico conocido por sus aptitudes en las tareas de montaña– ganan entre 3.000 y 6.000 dólares por temporada pero están mal cubiertos por los seguros. Además piden al gobierno que entregue 10.000 dólares a las familias de los guías muertos, o de los que fueron heridos y ya no pueden trabajar.

Más de 300 personas, sobre todo sherpas, han muerto en esta montaña desde el primer ascenso en 1953 por Edmund Hillary y Tenzing Norgay.