Minuto 82. Santiago Wanderers va con todo en busca del gol del triunfo, el que le permita asegurar su permanencia en Primera División. Sebastián Méndez captura un rebote en área de Cobresal y por fin rompe la resistencia de Cuerdo, desatando la euforia de la hinchada caturra.

El mediocampista corre para celebrar el gol y se dirige hacia un costado, donde calentaban los suplentes con un objetivo: fundirse en un significativo abrazo con Moisés Villarroel, al que luego se sumaron todos los jugadores.

¿Por qué tiene importancia ese gesto? Porque ayer fue el último partido como futbolista profesional en el estadio ‘Elías Figueroa’ de Villarroel, uno de los símbolos de los porteños y que se retirará al finalizar este campeonato. Y si bien no pudo ingresar unos minutos al campo de juego, eso no le restó emoción a la jornada.

Tras el duelo, el volante de 38 años se mostró feliz por estar “cerrando una carrera que cualquier jugador quisiera tener. Estoy muy tranquilo porque así como logré muchas cosas con el fútbol, éste me dio muchas alegrías”, agregando que “me voy muy contento por haber podido conocer mucha gente del ámbito futbolístico y dejar amistades, independiente del color de camiseta”.

Con el retiro del referente caturro, también deja el fútbol el último de los jugadores activos que fueron parte de la selección chilena que participó en la Copa del Mundo de Francia 1998.