El Consejo de Seguridad de la ONU manifestó este viernes su “indignación” por el mortal ataque contra una de sus bases en Sudán del Sur y exigió al gobierno que tome medidas para garantizar la seguridad de los civiles en el país.

Al menos 58 personas murieron y más de un centenar resultaron heridas el jueves en el ataque a una base de Naciones Unidas en la ciudad de Bor, donde se refugiaron miles de civiles que huyen de la violencia étnica que sacude al país independizado en 2011.

“Los miembros del Consejo de Seguridad condenaron en los términos más enérgicos estos actos y subrayaron que los ataques contra civiles y cascos azules de la ONU pueden constituir crímenes de guerra”, sostiene un comunicado del organismo.

El Consejo llamó al gobierno de Sudán del Sur a “inmediatamente tomar medidas para garantizar la seguridad” de los civiles y los sitios de protección de civiles de la ONU en el país, investigar los incidentes y llevar a los responsables ante la justicia.

Las bases de la ONU en el país albergan en total a unas 60.000 personas de diversas etnias.