Es normal que los jóvenes escuchen música fuerte cuando “carretean” y compartan un trago, bailen o se diviertan con estos dos elementos en común que parecen inofensivos. Sin embargo, al mezclarse pueden resultar un poco peligrosos, según un estudio realizado por la Universidad de Pittsburgh y el Centro de Cáncer Norris Cotton de New Hampshire, Estados Unidos, que sostiene que las canciones que mencionan marcas de alcoholes promueven las borracheras.
A través de una encuesta realizada entre los años 2010 y 2011 a más de 3 mil 400 personas de entre 15 y 23 años, se pudo concluir que los adolescentes de Estados Unidos escuchan cerca de 2,5 horas de música popular, donde se menciona en ellas un promedio de 8 veces una marca de alcohol.
En el estudio, publicado en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research, los autores aseguran que cada año los jóvenes se encuentran expuestos a unas 3 mil referencias de bebidas alcohólicas.
Los participantes fueron puestos en tres categorías sobre la base de lo mucho que disfrutaban la música que menciona las marcas del alcohol, -indicó la revista especializada en salud Health-. El grupo alto tenía el triple de probabilidades de haber bebido completamente un trago en su vida, y el doble de posibilidades de haber sufrido una borrachera.
De los encuestados, el 59% aseguró que bebió un trago alcohólico completo, los que se definían como 354,88 ml de cerveza, 147 ml de vino o 44, 360 ml de licros. De los bebedores, el 18% confirmó beber en exceso en un tiempo reducido como mínimo una vez al mes, y el 37% reconoce haber sufrido lesiones gracias al alcohol.
Los investigadores calificaron estos resultados como preocupantes, ya que sugiere que la inclusión de marcas de bebidas alcohólicas en la música es una táctica de marketing utilizada por la industria del alcohol.
De momento, en Estados Unidos un 39% de los adolescentes son bebedores activos, y el 22% son bebedores compulsivos, cifra que contrasta con la de nuestro país, donde un 6,3% de los jóvenes caben en la categoría de bebedores compulsivos.
