El papa Francisco pidió este jueves que la policía y las asociaciones humanitarias de la iglesia católica colaboren para luchar contra el tráfico de seres humanos, que calificó de “delito contra la humanidad”.

“El tráfico de seres humanos es una herida en el cuerpo de la humanidad contemporánea, una herida en la carne de Cristo. Es un delito contra la humanidad”, dijo Francisco en el último día de una conferencia en el Vaticano que reunió a altos responsables de la iglesia y de la policía de 20 países.

“El hecho de reunirnos aquí juntos para unir nuestros esfuerzos significa que queremos que las estrategias y las competencias estén acompañadas y reforzadas por la compasión evangélica, por la proximidad con los hombres y mujeres víctimas de este crimen”, añadió el papa.

Varios responsables del FBI, de Interpol y de Europol participaron en la conferencia, presidida por el nuevo cardenal británico, Vincent Nichols.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el tráfico ilegal de seres humanos genera beneficios anuales de cerca de 32.000 millones de dólares y afecta a 2,4 millones de personas.

El tráfico de personas incluye la trata de mujeres y niños para trabajar o prostituirse, la explotación de inmigrantes ilegales, los niños soldados, las fábricas clandestinas, la esclavitud doméstica o el tráfico de órganos.