Agobiados y acorralados dicen sentirse los alcaldes de la provincia de Bío Bío por la amplia superficie utilizada por las empresas forestales con plantaciones de pino y eucaliptus, actividad que aseguran ha disminuido la calidad de vida de las comunidades rurales y la disponibilidad de agua.

Complejo panorama es el que afecta a los jefes comunales, por la presencia de diversas empresas del rubro forestal en la zona. En esa línea el alcalde de Quilleco, Rodrigo Tapia sostuvo que se sienten acorralados y agobiados, porque los vecinos de la zona están rodeados de bosque, generando riesgo de incendio, problemas medioambientales, agrícolas y viales.

Mientras el alcalde de Antuco Claudio Solar sostuvo que según cifras de Corma en la región, de 10 hectáreas, 4,7 tienen plantaciones de pino y eucaliptus, lo que ha llevado a los pobladores a emigrar del campo la ciudad, lo que queda en evidencia puntualizó, con el cierre de escuelas.

El edil lamentó que la actividad forestal crezca sin regulación por parte del Estado, ya que los municipios pequeños se ven acorralados por las empresas del rubro.

Por su parte el alcalde de Santa Bárbara Daniel Salamanca indicó que este fenómeno llevará a las comunidades rurales a movilizarse socialmente, para oponerse a las empresas que atropellan los derechos humanos de los pobladores.

Los ediles coincidieron en que además de afectar el estado de los caminos, el tránsito de camiones forestales por sus comunas día y noche está afectando la calidad de vida y la salud mental de las personas, situación que han hecho ver tanto a las autoridades como a las empresas.