Seis presos fallecieron quemados y 11 están gravemente heridos tras un motín ocurrido el martes en una cárcel del norte de Brasil, informaron el miércoles las autoridades locales.

Los presos de una celda de la penitenciaría de Icoaraci, en Belém, capital del estado amazónico de Pará, prendieron fuego a colchones y objetos personales durante un “principio de motín”, informó el organismo que supervisa el sistema penitenciario estatal, en una nota enviada a la AFP.

“El incendio acabó expandiéndose por el interior de la celda”, donde había 32 presos, y como consecuencia, cinco de ellos fallecieron en el lugar, precisó el texto.

Un sexto preso murió la madrugada de este miércoles en el hospital.

Dieciséis presos continuaban hospitalizados este miércoles, de los cuales 11 en “estado gravísimo” en la unidad de cuidados intensivos, informó el organismo responsable. En total hubo 27 heridos. Algunos recibieron primeros auxilios en la cárcel y otros pasaron por el hospital y fueron dados de alta después.

Ante un eventual ataque de otros presos del centro penitenciario durante el motín, los detenidos de la celda “hicieron una barricada con colchones y sábanas en la puerta de la celda y le prendieron fuego para protegerse. El fuego se extendió al interior de la celda”, dijo el responsable del sistema penitenciario, André Cunha, citado por el diario Online de Pará.

“La situación podría haber sido mucho peor si los agentes penitenciarios no hubieran actuado rápidamente combatiendo el incendio, y sin la rápida actuación de los bomberos”, añadió.

Los 11 heridos graves “tienen quemaduras de segundo y tercer grado, además de cuadros de asfixia”, dijo al mismo diario el médico Derval Leao, del Hospital Metropolitano de Emergencias.

“Nosotros tenemos un centro de quemados, pero la situación de ayer fue una calamidad única y el número de pacientes excedió nuestro espacio. Además del equipo de enfermeros, 18 médicos atendieron a los pacientes. Otras alas del hospital tuvieron que ser usadas”, explicó.

Esta penitenciaría, que albergaba 212 presos aunque su capacidad es para 120, es un centro para detenidos a la espera de sentencia definitiva.

En Brasil hay actualmente 548.000 presos y hacen falta 207.000 plazas suplementarias para evitar el hacinamiento, según la ONG de derechos humanos Conectas, que trabaja en el tema carcelario.

Brasil debe redoblar sus esfuerzos para poner fin a las “condiciones infrahumanas” en las cárceles, señaló Human Rights Watch (HRW) en su informe anual divulgado a inicio del año.