Preocupación genera en las organizaciones sociales el avance descontrolado de las empresas forestales, tanto por la contaminación ambiental como por la pérdida de control de las propias comunidades y del estado sobre su entorno.

En la comuna de Santa Bárbara genera impacto que casi la mitad de su territorio esté ocupado por plantaciones forestales, preocupando particularmente el ingreso de la avispa del pino, el recrudecimiento de la sequía y la introducción del zorro para el control de los conejos.

Yanny Figueroa, directora de la organización We Kimun y parte integrante de la Coordinadora Medioambiental de Santa Bárbara apela a que el Estado asuma un rol fundamental en el control de los efectos forestales.

En la misma línea, vecinos de la industria mundial Forestal Arauco en la comuna del mismo nombre, con el 45% de su superficie en manos de estas empresas, lamentan una relación históricamente desigual.

El vocero de la organización Laraquete Sustentable, Rodrigo Mellado, sentenció que los vecinos están desamparados a su suerte.

Pese a todo, reconocen que cualquier empresa o privado tiene derecho a realizar una actividad comercial, pero eso no debe traspasar los derechos de la población. La deuda del Estado está en protección de su gente y en exigencia de tributos, a lo que se suma terminar de una vez con el subsidio de todos los chilenos a empresas que obtienen ganancias multimillonarias, liderando incluso los mercados internacionales.