El mandatario electo de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, cuyo triunfo contundente rompió el bipartidismo, comenzó este lunes a armar su gobierno para responder a las altas expectativas de cambio que levantó en la población: reactivación económica, lucha anticorrupción y equidad social.

Con más de 1,3 millones de votos, récord en la historia electoral del país, Solís, un historiador y profesor universitario de 55 años, aplastó con un 78% contra 22% al ex alcalde Johnny Araya, del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN, derecha), en el balotaje del domingo.

Solís, que se define como progresista, lleva al poder en Costa Rica por primera vez en más de medio siglo a una agrupación no tradicional, el Partido Acción Ciudadana (PAC, centro), fundado hace 13 años para quebrar el bipartidismo tradicional formado por el PLN y otra fuerza política conservadora.

“Es la primera vez en 65 años que se rompe el monopolio de los partidos tradicionales. Se ha creado una nueva combinación de factores de poder”, declaró Solís.

En tanto, el propio gobernante electo reconoce que tiene en sus hombros una carga de grandes proporciones: “Es una gran responsabilidad. Son 1.300.000 almas con una gran expectativa”, afirmó.

Orgullosos de tener una de las democracias más antiguas de América Latina, un alto nivel de salud y educación, los costarricenses han resentido el deterioro de los pilares sociales del país, se quejan del costo de la vida, de la corrupción estatal y del aumento en la brecha entre ricos y pobres.

Epicentro del cambio

Solís anunció que este lunes inició un intenso trabajo para integrar el equipo de gobierno -que será anunciado en una semana- con el cual pretende reflejar la era de “cambio” que prometió a los costarricenses.

“Ahora queremos ver el cambio, que se acabe la corrupción y los privilegios que tienen unos pocos”, expresó Lidieth Porras, una joven universitaria que festejó el triunfo del PAC hasta la madrugada del lunes en una plaza en el este de San José.

Para el analista Víctor Ramírez “el mayor desafío que tiene Luis Guillermo es recuperar la confianza del costarricense en el gobierno y el Estado”.

“Es el epicentro del cambio, el peso de las expectativas que lleva en sus hombros es muy grande”, opinó el politólogo Francisco Barahona.

Para el economista Carlos Arguedas, el déficit fiscal y la distribución equitativa de los ingresos son los principales retos: “El tema más importante es la desigualdad, que genera un enojo social”, estimó.

“Queremos un futuro en que se combine perfectamente la necesidad de crecer, de hacer la economía más próspera, y hacer la prosperidad y riqueza en un marco de equidad y de justicia”, dijo el presidente electo en su discurso de la victoria.

Cabe recordar que el presidente electo asumirá el 8 de mayo para un periodo de cuatro años, y deberá lidiar con un Congreso variopinto, fragmentado en unos cinco bloques y en el que será complicado alcanzar consensos.