Es un clásico entre coleccionistas y DJ’s y es ese el impulso que ha evitado su desaparición. Es más, incluso en nuestro país y desde hace ya dos años que los discos de vinilo han vuelto a dar la pelea en manos de la productora Río Bueno, luego de tres décadas de abandono.

Y es que el paso del tiempo vino también de la mano de un cambio drástico en la tecnología. El mercado y el poder comercial, a veces muy crueles, provocaron que estos formatos fueran poco a poco apagándose.

Claro, dicen que los compact disc o CD’s poseen una calidad de sonido superior, son más resistentes, se ensucian menos, no poseen surcos como sus homólogos gramofónicos y que abarcan espectros de sonido mucho más amplios.

Pero ¿dónde está la gran diferencia entre los vinilos y los clásicos cedés?

Según consigna el libro “Así es la música” de John Powell, para el año 1993 dos psicólogos expertos en al área (Behne y Barkowsky) realizaron estudios a un grupo de 160 personas.

Todas tenían ‘serias’ aficiones al sonido y duros cuestionamientos hacia los formatos digitales y análogos. Se les puso a prueba reproduciendo diversas pistas provenientes de cd’s y discos vinilos.

El resultado de la investigación fue dilucidante: “Sólo cuatro de las 160 personas fueron capaces de percibir si estaban escuchando un CD”. Para el resto, el sonido era demasiado similar y no lograron pronosticar la fuente.

Los fanáticos del soporte más antiguo -que entre sus materiales de fabricación incluye el metal o el plástico- iniciaron la prueba con la premisa que los formatos digitales poseían un sonido más estridente y muerto. No así los vinilos, cuya calidez era incomparable.

Los que están a favor del CD…

El portal Empresa y Poder asegura que “El rango dinámico de un CD es mucho mayor al de un vinilo, siendo el CD mucho más flexible a la hora de reproducir canciones que tienen grandes variaciones de intensidad de sonido como un concierto de Vivaldi, por ejemplo”.

Otra característica del compact disc, es la capacidad espectral del sonido. Al respecto, el portal señala que “esta es la capacidad del soporte de reproducir desde las vibraciones más bajas hasta las más altas. Y en esto vuelve a ganar el CD, el que nos permite abarcar un rango mucho mayor de frecuencia que el disco de vinilo, entregando una riqueza de sonido mayor”.

…y a favor del vinilo

El sitio web Festivales de Pop hace alusión a una teoría reconocida entre los músicos para defender al clásico gramofónico. Se trata de la Teoría de Neil Young, quien asegura que “como el cedé tiene un formato digital -no es música como tal, sino sonido dispuesto en forma de códigos binarios-, podemos advertir absolutamente todos los detalles de una canción la primera vez que la escuchamos”.

Por lo mismo, Young afirma que el vinilo, al poseer un sonido que no varía en sus ondas junto con la capacidad auditiva humana excepcional, resulta más agradable y produce una sensación de saturación mucho menor a cuando escuchamos un CD.

Por otro lado, desde en el sitio especializado señalan que no podemos olvidar un típico problema, el ‘talón de aquiles’ de los soportes digitales, y se llama Jitter. Para reafirmar este postulado, aseguran que “En un cedé la música está codificada como una secuencia de 1 y 0. Distintos errores al leer estos códigos, causarían que el sonido no fuera idéntico a la propuesta original. Esto corresponde a una “desincronización del flujo de datos digitales”, lo que causaría un sonido metálico y distorsionado.

Quien también ha demostrado su apoyo es el portal argentino Rolling Stone, en donde aseguran que “Un disco de vinilo, con todas sus “desventajas” (o quizás por ellas), parece tener la capacidad de reconstruir el arrebato que nos solía provocar una canción: nos ofrece un vínculo sólido con una experiencia en un mundo de relaciones virtuales”. Así, se apela a la emotividad y la nostalgia que provoca el antiguo sistema de reproducción musical.

Prosiguen defendiendo al vinilo y aseverando que “Con un LP (como se les solía llamar a estos discos) la experiencia no termina en la música: empieza ahí. Un disco se escucha pero también se mira y se lee: tiene un arte de tapa y un sobre interno con textos de todo tipo (letras, citas, escritos de los músicos…)”.

Y tú ¿con cuál te quedas?