Como una discriminación negativa para la industria calificó el gerente general de Capel, Roberto Salinas, el aumento del impuesto a los alcoholes que está contemplado en la reforma tributaria enviada por el Ejecutivo al Congreso.

El sector, señaló Salinas a El Mercurio, se encuentra golpeado por los efectos de la sequía, que ha motivado una caída de 50% en la producción de uva pisquera.

El nuevo impuesto, según los cálculos de la industria, aumentaría en un 23% el precio del pisco, si es que se genera el escenario de un alza del tributo de un 27% a un 50% dependiendo del grado alcóhólico. En el caso de los piscos con un valor de $5.000, el alza sería de $1.400. Para el caso de los más baratos, -$3.000-, el precio aumentaría en unos $600.

En el principio de esta semana, el senador Jorge Pizarro solicitó considerar al pisco como excepción a los efectos de la reforma, asegurando que en regiones como la de Coquimbo el tema es sensible para los productores y apuntaría a desacelerar la industria.