La CIA engañó deliberadamente al gobierno y a la población estadounidenses a propósito de los duros métodos empleados en los interrogatorios durante la presidencia de George W. Bush, se sostiene en un informe del Senado, al que accedieron algunos funcionarios que declararon a The Washington Post.

En ese documento de 6.300 páginas redactado por la comisión de Inteligencia del Senado, la CIA es acusada de haber ocultado algunos detalles sobre la brutalidad de sus métodos, asimilados a la tortura.

El organismo de inteligencia también habría exagerado la importancia de algunos complots y de ciertos prisioneros en sus cárceles secretas. Se la acusa de haber ocultado que algunas informaciones decisivas habrían sido obtenidas de prisioneros sometidos a técnicas brutales de interrogación de los agentes estadounidenses, explica el Post.

Las informaciones más preciosas sobre Al Qaida, “entre ellas las que llevaron a la operación contra Osama bin Laden en 2011″, no fueron, sin embargo, obtenidas gracias a esos métodos de la CIA, añade The Washington Post.

El informe es aún confidencial y el diario dice que pudo divulgar algunos detalles, gracias a las indiscreciones de algunos funcionarios que tuvieron acceso al documento.

Interrogado por la AFP, Dean Boyd, un portavoz de la CIA, no quiso comentar esas informaciones. “Aún no tenemos la versión final de ese informe”, dijo.

El documento está elaborado alrededor de “detallados relatos de decenas de personas detenidas por la CIA” entre 2002 y 2006, añade el diario. En esa época la agencia estaba en los puestos de vanguardia en la “guerrra contra el terrorismo” decretada por Bush y empleaba la tortura como método de interrogatorio, según numerosos defensores de los derechos humanos. Esos métodos incluían, entre otros, la privación de sueño y el llamado ‘submarino’ (inmersión en agua hasta llegar casi al ahogamiento), los que fueron prohibidos por el presidente Obama en 2009.

La presidenta de la comisión de Inteligencia del Senado, Dianne Feinstein, indicó la semana pasada que sus miembros tenían previsto votar el jueves para pedir formalmente la desclasificación de 400 de las 6.300 páginas del informe.

Barack Obama apoya esa divulgación. “Me comprometo totalemente a desclasificar ese informe no bien esté terminado”, dijo el 12 de marzo.

Estos hechos tienen lugar cuando la CIA se considera en guerra abierta contra el Senado. La agencia de espionaje está acusada de haber obstaculizado el trabajo de los asistentes parlamentarios que se dedicaron durante tres años a la redacción de ese informe, sobre todo suprimiendo documentos de sus servidores.