El opositor Luis Guillermo Solís, virtual ganador de las elecciones presidenciales del próximo domingo tras retirarse su rival de la campaña, prometió un cambio en Costa Rica frente a décadas de política tradicional y modelo neoliberal, en su último mítin, ante una multitud de seguidores.

“Hoy estamos ratificando el camino del cambio. Germinó la semilla del cambio, de la política decente, de la política transparente y de la justicia social”, afirmó Solís, candidato por el opositor Partido Acción Ciudadana (PAC, centro) en la concentración de cierre de campaña, en una céntrica plaza de San José.

Solís, un historiador y profesor universitario de 55 años, llamó a los costarricenses a acudir a las urnas en el balotaje del 6 de abril, amenazados por el abstencionismo debido a que su adversario, el oficialista Johnny Araya, se retiró hace un mes de la campaña, ante la aplastante popularidad del candidato del PAC según las encuestas.

A pesar de esa sorpresiva e inédita decisión, el ex alcalde capitalino y aspirante del Partido Liberación Nacional (PLN, socialdemócrata que giró a la derecha), no puede renunciar a la candidatura y los comicios se deben celebrar, según la Constitución Política.

“Agradezco a los liberacionistas que continuaron con mucha mística y sin recursos”, dijo a un canal de televisión Araya al llamar a votar, refiriéndose a dirigentes y activistas del PLN que, pese a su renuncia, continuaron la campaña al mínimo, sin propaganda en los medios ni actos públicos.

Solís recordó a sus seguidores, que agitaban banderas rojiamarillas del PAC e iluminaban la plaza con velas, que el voto es el único recurso para legitimar un futuro gobierno suyo, en el que reemplazaría a Laura Chinchilla, del PLN, primera mujer presidenta en la historia del país.

“No estamos celebrando el cierre de una campaña, sino el inicio de un camino. Llegó la hora del cambio”, remarcó el aspirante presidencial, quien prometió un país “que produzca más y distribuya mejor” la riqueza, “más justo y solidario”.

Solís se comprometió a gobernar con probidad. “Con Costa Rica no se juega”, advirtió al concluir su discurso con el lema de su campaña, caracterizada por intensas giras por todo el país, que llamó “rutas de la alegría”.

Unos tres millones de costarricenses están llamados a votar el próximo domingo a estos comicios inéditos en la historia reciente de Costa Rica, con una papeleta con un candidato inactivo y un virtual presidente.

Esta sería la primera vez en 60 años que llega al poder una fuerza política no tradicional.