Nuevos casos de afectados por el virus ébola fueron confirmados el domingo en Guinea, donde equipos médicos locales e internacionales se movilizaban para intentar detener la propagación de la epidemia de fiebre hemorrágica que desde enero provocó 78 muertes, según un nuevo balance oficial.

En total, “122 casos sospechosos de afectados por fiebre hemorrágica viral, de los cuales 78 murieron” fueron registrados hasta el sábado en Guinea, o sea, “una tasa de mortalidad de 63%”, según un boletín sobre la situación epidemiológica brindado a la AFP el domingo de noche por el ministerio de Salud local.

El balance anterior señalaba 111 casos, de los cuales 70 mortales.

Guinea se enfrenta “a una epidemia sin precedentes” de fiebre ébola, con 22 casos confirmados entre los 78 decesos registrados en todo el país, estimó el lunes la organización Médicos sin Fronteras (MSF), que intenta detener la propagación.

Dos casos de fiebre ébola fueron confirmados en Liberia, país vecino de Guinea, donde este virus mortal y muy contagioso está causando estragos, anunció la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En Guinea, de 22 muestras reveladas positivas por ébola, la mitad de los casos corresponden a la capital Conakry y el resto a ciudades del sur, Gueckedou (seis casos) y Macenta (cinco casos), donde se encuentra el epicentro de la epidemia.

En Conakry, el temor a la contaminación ha llevado a muchos de sus habitantes a refugiarse en sus casas o a limitar sus desplazamientos.

Un concierto del conocido cantante senegalés Yussu Ndur, previsto para el sábado, fue anulado “por solidaridad con las víctimas y para evitar la exposición de los asistentes a una posible contaminación”. Precisamente, Senegal cerró el sábado sus fronteras terrestres con Guinea, al sur y sureste del país, por precaución.

Otros países vecinos tomaron medidas similares. Liberia, donde se detectaron ochos casos de fiebre hemorrágica viral, seis de ellos mortales, y Sierra Leona con seis sospechosos y cinco decesos.

UN VIRUS MUY CONTAGIOSO

El virus se transmite por contacto directo con la sangre y otros fluidos naturales, o con tejidos de individuos infectados, tanto humanos como animales, vivos o muertos. El nombre de este virus proviene de un río del norte de la República Democrática del Congo (RDC), donde fue detectado por primera vez en 1976.

Éste ha matado a unas 1.200 personas sobre 1.850 casos confirmados durante las epidemias más graves en África Central, pero es la primera vez que una de esta magnitud se registra en África del Oeste.

Según los científicos, los ritos funerarios, en los cuales parientes y amigos mantienen contacto con el cadáver del difunto, juegan un rol importante en la transmisión del ébola. La enfermedad también puede transmitirse por la manipulación de animales portadores del virus, vivos o muertos.

La detección de casos de ébola en Conakry es aún más inquietante puesto que esta ciudad, con más de dos millones de habitantes, es bastante insalubre: la mayoría de los barrios no disponen de electricidad ni agua potable, mientras que una manera eficaz de prevenir la enfermedad es precisamente la higiene.

No existe vacuna ni medicamento alguno contra el ébola, y solamente las medidas preventivas pueden permitir controlar su expansión, como la instalación de centros de aislamiento para los enfermos y la desinfección sistemática de los hogares de las personas afectadas.

Las autoridades sanitarias guineanas y las organizaciones internacionales presentes en Guinea, destacando la propia OMS y Médicos Sin Fronteras (MSF), han multiplicado sus actividades para acotar la zona afectada y reforzaron sus equipos desplegados en el terreno.

Varias toneladas de material, entre los cuales figuran “kits de higiene”, que ayudarán a los habitantes de la región afectada a protegerse de la epidemia, fueron enviadas al sur de Guinea, y también se han iniciado campañas de información y sensibilización “puerta a puerta”, inclusive en aldeas remotas.