¿Cuál es tu definición de la muerte?… ¿Cuando cesan los signos vitales? ¿Cuando ya no hay más actividad cerebral? Sea cual sea deberás reescribirla, pues un procedimiento que sólo creíamos posible en la ciencia ficción someterá este concepto a debate.

A fines de este mes, un equipo de médicos del Hospital Presbiteriano UPMC de Pittsburgh, en Estados Unidos, comenzarán las primeras pruebas de animación suspendida realizadas en seres humanos, con el fin de salvar las vidas de pacientes con traumatismos críticos.

“Estamos suspendiendo la vida, pero no nos gusta llamarlo animación suspendida porque suena a ciencia ficción. Preferimos decirle preservación y resucitación de emergencia”, indicó a la revista especializada New Scientist el cirujano Samuel Tisherman.

El proceso, sin embargo, es fantástico: se reemplaza la sangre del paciente por una solución salina que reduce la temperatura del cuerpo a -10ºC. En ese rango toda la actividad celular se hace tan lenta que el metabolismo prácticamente se detiene. No hay respiración. No hay latidos. No hay actividad cerebral. Para todos los efectos, el paciente está clínicamente muerto.

Esto le otorga a los médicos una oportunidad de tratar las heridas normalmente fatales que deja un ataque con cuchillo o arma de fuego. Allí donde el paciente no podría sobrevivir más de 5 minutos por la falta de oxígeno que provocan estas hemorragias, ahora los cirujanos contarán con hasta 2 horas para intervenir y reparar el daño.

“Si nos traen un paciente 2 horas después de morir, no podremos hacer nada por él. Pero si está muriendo y lo suspendemos, tendremos una oportunidad de traerlo de vuelta después de que hayamos reparado sus problemas estructurales”, explica el cirujano Peter Rhee, quien ayudó a desarrollar esta técnica.

Una vez normalizados los tejidos, los médicos vuelven a incorporar la sangre en reemplazo de la solución salina. El corazón incluso es capaz de volver a latir por sí mismo, pero de haber problemas se puede recurrir a la estimulación cardíaca. El paciente, literalmente, vuelve a la vida.

Redefiniendo la muerte

La técnica no es de por sí novedosa. Desde hace años los neurólogos y cardiólogos recurren a concentrados de hielo para reducir la temperatura del paciente y ganar tiempo durante cirugías complejas. Sin embargo esto es un proceso complejo y delicado, que sólo se puede realizar una planificación cuidadosa. En una sala de emergencias, no hay tiempo para ello.

El nuevo proceso de preservación y resucitación de emergencia fue probado inicialmente en 2002 con cerdos, los cuales fueron sedados antes de causarles una hemorragia masiva. Luego se utilizó esta técnica para enfriarlos, curar sus heridas, y regresarlos a la vida. Ninguno de los animales presentó secuelas físicas o cognitivas permanentes.

La clave de este aparente milagro está en un proceso natural de las células llamado glucólisis anaeróbica, un proceso bajo el cual las células pueden seguir produciendo energía sin necesidad de oxígeno. Pero mientras que a temperatura normal el cuerpo sólo puede mantenerse 2 minutos en esta condición, bajo la técnica de resucitación pueden pasar hasta 2 horas.

“Tras hacer estos experimentos, nuestra definición de ‘muerte’ cambió. Cada día en mi trabajo declaro a personas como muertas. No tienen signos vitales, no tienen latidos, no tienen actividad cerebral. Firmo un trozo de papel aunque en mi interior sé que no están realmente muertos. Podría salvarlos ahí mismo, suspendiéndolos… sin embargo debo ponerlos en una bolsa para cadáveres. Es muy frustrante sabiendo que existe una solución”, confiesa Rhee.

Ahora, la técnica será puesta a prueba por primera vez en seres humanos. Dado que no habrá tiempo de pedir el consentimiento ni al paciente ni a sus familiares, la autoridad regulatoria estadounidense (FDA) sólo los autorizará en víctimas de ataques cuyas heridas les hayan provocado un paro cardíaco, y tengan menos de un 10% de posibilidades de supervivencia.

El equipo médico tuvo la obligación legal de explicar las condiciones del procedimiento a las juntas vecinales en Pittsburgh, así como advertir el proceso en avisos publicados en periódicos. Quienes no deseen ser potenciales participantes pueden informarlo a través de internet. Hasta el momento nadie ha pedido quedar fuera.

Ahora, sólo resta que llegue al hospital la primera persona en la historia que se someterá a este tratamiento. Casos críticos que, según Rhee, se presentan al menos una vez al mes.

“Siempre habíamos asumido que no se podía regresar a la gente de la muerte, pero en realidad todo es asunto de elegir el momento adecuado para conservar a las células”, indica Rhee. Y Tisherman incluso se atreve a elucubrar sobre el futuro.

“¿Podríamos suspender a una persona durante más tiempo que un par de horas sin presión sanguínea? No lo sé. Quizá dentro de algunos años alguien logre figurarse cómo, pero ciertamente será algo que tomará tiempo en desarrollar”, concluye.

El siguiente video demuestra el procedimiento (audio sólo en inglés)

http://youtu.be/I3jXktFMaSM