En un país hipócritamente clasista, donde el desdén por el otro es pan de cada día, en el que cada persona es tazada por lo que tiene, Rodrigo Peñailillo merece una oportunidad.

En medio de las elites cerradas – recordemos que en la UDI están los coroneles y en el Partido Socialista los Barones – una persona nacida en Cabrero y con estudios en Coronel, por esos solos hechos lo critican aceradamente en solo 10 días de gestión.

Peñailillo no tiene el éxito asegurado pero merece ser calibrado por su gestión y no por su abolengo.