El Consejo Permanente de la OEA decidió este viernes, con los votos de Venezuela y los países del ALBA, realizar a puerta cerrada una reunión en la que tiene previsto intervenir la diputada opositora venezolana, María Corina Machado. La decisión se tomó con 22 votos a favor, 11 en contra y una abstención.

“Con transparencia total, (votamos) privada”, dijo la representante alterna de Venezuela, Carmen Velásquez.

“El objetivo de esta reunión no es transformarse en un circo para una platea externa como algunos representantes han demostrado que tienen la intención de hacer”, dijo el embajador de Brasil, Breno Días Da Costa, al explicar el voto de su país favorable a una reunión privada.

Además de Brasil, votaron por impedir el acceso de los medios y del público a la reunión Nicaragua, Uruguay, El Salvador, Argentina, Venezuela, Bolivia y los países caribeños. Barbados se abstuvo.

Ese punto fue rechazado por Panamá, que había propuesto la intervención de Machado, además de Estados Unidos, Canadá, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú, Costa Rica, Guatemala y Honduras.

“No veo por qué aquí tiene que haber secretismo”, cuestionó el embajador panameño, Arturo Vallarino.

Machado, que está acreditada en la delegación panameña, denunció que la decisión “demuestra cuál es la vocación totalitaria del régimen de Venezuela”.

La situación venezolana ocupaba el primer punto del orden del día de la reunión, pero las delegaciones votaban si se mantenía o se eliminaba, una posición defendida por Venezuela.

De ocurrir esto, Panamá había ofrecido ceder su silla a Machado para tomar la palabra en otro punto de la agenda.

La parlamentaria es una de las proponentes, junto al encarcelado dirigente opositor Leopoldo López, de la estrategia bautizada como “la salida”, que busca forzar la renuncia del presidente Nicolás Maduro mediante reclamos en las calles, y que ha incluso generado divisiones en la oposición.

En Venezuela enfrenta un intento de despojarla de su inmunidad parlamentaria tras ser acusada de incitar a la violencia en las protestas que sacuden ese país desde febrero y que han dejado 31 muertos.

El caso venezolano ya fue discutido hace dos semanas en la OEA en una reunión extraordinaria del Consejo Permanente también a puertas cerradas.

En esa ocasión, una amplia mayoría de los países aprobó una declaración en solidaridad con la democracia en Venezuela y las iniciativas de diálogo propuestas por el gobierno para aplacar las protestas.