El ministro vocero de Gobierno, Álvaro Elizalde, se refirió al primer gran impasse político de La Moneda con parlamentarios de la Nueva Mayoría que fue generado por las renuncias de cuatro gobernadores que habían sido cuestionados por probidad.

Al respecto, el portavoz llamó a su sector político actuar con el máximo de madurez y responsabilidad. “Tenemos que actuar con el máximo de responsabilidad, no se puede hacer un anuncio, por ejemplo, de una designación si no se ha informado a la persona que ha sido designada y no ha aceptado el cargo, no se puede hacer un anuncio respecto de la aceptación de renuncia si es que esa persona, por ejemplo, no ha aceptado la renuncia”, afirmó.

El vocero de Palacio remarcó que se aceptó las renuncias de los gobernadores, sin señalar que la presidenta las hubiera solicitado. El anuncio de las nuevas autoridades, añadió, lo realizarán los intendentes regionales de las zonas aludidas.

Pese al difícil escenario que enfrenta la nueva administración, Elizalde destacó que es positivo para el Gobierno y “una buena noticia para la democracia” el hecho que exista una mayor transparencia e información respecto a la instalación de las nuevas autoridades. “Hoy los estándares que se están aplicando por parte de la ciudadanía para calificar si una persona puede o no desempeñar un cargo público son mucho más exigentes que los que había en el pasado”, señaló.

Ante esto sostuvo que las dificultades en el proceso de designaciones no solo afectó al nuevo gobierno: “El gobierno pasado, con estándares mucho más bajos, también tuvo problemas”, añadió, y agregó que en ese entonces también renunciaron gobernadores, junto con “un ministro que duró un día”.

Las recientes renuncias, según el secretario de Estado, se dieron porque los involucrados “están comprometidos con el programa de gobierno y no quieren que esto sea una distracción”.

Recordemos que ayer, conocida la baja de las autoridades provinciales, comenzaron los cuestionamientos hacía la figura del subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy.

El diputado socialista Fidel Espinoza por ejemplo lo acusó de ser un operador político. En tanto desde el MAS ya apuntan a la misma autoridad, quién habría tenido un lento actuar respecto a la salida de los gobernadores.