A 14 semanas de presidio fue condenada este jueves Laura Cunliffe, una británica que provocó la furia de los defensores de los animales tras quemar a su gata de 4 meses en un horno de microondas como castigo.

El hecho ocurrió a mediados de febrero, cuando la mujer de 23 años reaccionó encolerizada tras descubrir que su gata “Mowgli” se había comido el pez dorado de su pecera. Tras ello, la metió a un horno de microondas y lo activó durante 5 minutos, tiempo suficiente para causarle lesiones fatales.

Según relató entonces el fiscal de la Sociedad Protectora de Animales, Brian Orsborn, cuando Cunliffe finalmente sacó a la gata, esta se encontraba agónica, sufriendo una muerte lenta y dolorosa.

“El animal no podía respirar y murió cerca de 90 minutos después. Cunliffe la entregó a un individuo para que se deshiciera del cadáver, pero la Sociedad Protectora de Animales logró identificar a esta persona”, relató Orsborn al diario británico Metro.

De la misma forma, la inspectora general de la entidad, Lynsey Harris, afirmó que en sus 13 años de ejercicio nunca se había enfrentado a un caso como este.

“La gatita tenía cerca de 4 meses de edad y la exposición a la radiación del horno de microondas cocinó sus organos internos, lo que ya es bastante horroroso. Resulta terrible pensar que la muerte del gato se prolongó tanto. Es inimaginable tratar de figurarse cuánto sufrió”, relató Harris, agregando que pidieron medidas para que Cunliffe no pueda volver a tener una mascota.

En tanto, el abogado de la mujer, Alan Greaves, argumentó en su defensa que Cunliffe sufría de psicosis y depresión, que incluso la habían llevado a recibir tratamiento por enfermedad mental.

Pero según informa la BBC, el juez de distrito de Barnsley, John Foster, coincidió con la postura de la organización animalista, sentenciando a la mujer a pasar 14 semanas en prisión por cometer un acto de “la más horrenda crueldad”.

Mowgli y Laura Cunliffe | Metro

Mowgli y Laura Cunliffe | Metro