Dos edificios residenciales se derrumbaron el miércoles en el norte de Manhattan tras una explosión provocada por una fuga de gas, dejando al menos dos muertos y 22 heridos y provocando momentos de pánico en el barrio latino de Harlem.

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, describió al hecho como “una tragedia de la peor clase”, explicando que la policía y los bomberos buscaban aún a un número no determinado de personas.

La fuerte explosión se produjo en la intersección de la avenida Park y la calle 116, en el East Harlem en Nueva York, donde testigos describieron a la AFP un estremecimiento como si se hubiera tratado de un terremoto que recordó a algunos el horror de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

De Blasio señaló que un escape de gas fue el responsable de la explosión, de acuerdo con los primeros resultados de la investigación.

“Aproximadamente a las 09:30 de hoy (10:30 de Chile) hubo una gran explosión que destruyó dos edificios, la explosión fue causada por una fuga de gas”, dijo.

Un edificio tenía nueve apartamentos y el otro seis, precisó el alcalde en una conferencia de prensa cerca del lugar, en pleno Spanish Harlem, un histórico barrio de Manhattan de mayoría latina.

Dos mujeres murieron y 63 personas heridas fueron atendidas en hospitales de la zona, según un balance de la AFP a través de información recogida en diferentes nosocomios.

“Recibimos 22 heridos, de los cuales 19 han sido dados de alta, entre ellos tres niños. De las tres personas que siguen hospitalizadas, una se encuentra en condición crítica pero estable, y dos aún están siendo evaluadas”, afirmó a la AFP un vocero del Hospital Mount Sinai.

Otras 30 personas fueron atendidas “por heridas diversas” en los hospitales públicos de Harlem y Metropolitano, según la cuenta Twitter de la Corporación de Hospitales y Salud de la ciudad de Nueva York.

Además, el hospital Presbiteriano de Manhattan “recibió once pacientes vinculados con el incendio de edificios en el East Harlem”, de acuerdo con un comunicado de ese establecimiento. Una persona fue dada de alta y diez seguían internadas.

Sin tiempo para evitar la explosión

Un portavoz de la empresa de energía Con Edison, Bob McGee, dijo a la televisora local NY 1 que la firma recibió una llamada desde un edificio alertando de una posible fuga de gas a las 09:13 locales (10:13 hora chilena), poco antes de la explosión. Residentes de la zona también dijeron haber percibido olor a gas.

Un vocero policial explicó a la AFP que la primera llamada de emergencia fue recibida a las 09:34 locales. Según las autoridades, no hubo tiempo de prevenir el desastre.

“No hubo aviso a tiempo para salvar gente”, señaló en ese sentido De Blasio.

El departamento de Bomberos informó de su lado que unas 44 unidades y 168 efectivos acudieron al lugar de la explosión. Horas después de la explosión una gran columna de humo blanco continuaba elevándose hacia el cielo.

Los servicios de trenes Metro-North desde y hacia la terminal Grand Central de Manhattan fueron suspendidos por el incidente, que se produjo cerca de las vías férreas, y recién se reanudaron varias horas después.

“Se acababa el mundo”

Jay Virgo, de 30 años y que vive con su esposa frente a los edificios destruidos, contó a la AFP que se encontraba en la cama cuando la explosión la catapultó al piso.

“Me levanté, me puse el abrigo y salí corriendo. En la calle vi a un par de personas tiradas en el piso. Había pedazos de vidrio por todos lados, grandes pedazos de vidrio. Era una locura”, señaló.

Su esposa Jazzmen Arzuaga, también de 30 años, indicó que se encontraba en el trabajo cuando Virgo la llamó para contarle lo ocurrido.

“Me llamó y me dijo ‘Dios, tienes que venir a casa inmediatamente, es como la Segunda Guerra Mundial. Hay gente muriendo, hubo una explosión’. Yo salí corriendo”, afirmó Arzuaga.

Otro testigo, Robert Santiago, aseguró a la cadena CBS que también estaba durmiendo cuando de pronto la explosión sacudió su cama.

“Olía muy mal”, dijo. “Pensé que se acababa el mundo, que se trataba de un terremoto o de algo parecido. Terrible”, señaló.

El alcalde De Blasio fue muy medido a la hora de referirse a las personas desaparecidas, explicando que quizás podrían simplemente estar en otro lugar.

La ciudad de Nueva York es muy sensible a este tipo de explosiones desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas del World Trade Center que dejaron 3.000 muertos.

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