Entró en vigencia la nueva Ley 20.729, que establece que en la cuenta de aquellos locales que atiendan al público con garzones se incluya una propina correspondiente -al menos- al 10% del consumo, salvo que el cliente manifieste lo contrario.

El senador Alejandro Navarro, quien participó en la discusión de esta ley, señaló que el principal objetivo es legalizar la voluntariedad del 10% de propina y establecer la obligación de que ésta debe estar incluida en la boleta.

Con esto -explicó el parlamentario- se busca eliminar la posibilidad de que ese dinero no llegue a manos de los mozos y el equipo que trabaja en estos lugares:

Navarro recalcó que fue un error no incluir a los trabajadores en la discusión del proyecto, porque una mala interpretación de la misma puede perjudicar a aquellos que laboran en estos locales e incluso a los mismos clientes.

En este sentido, Jorge Márquez, mesero de la Cafetería Casa Pueblo, en la comuna de Los Ángeles, expresó que la ley puede ayudar a fomentar la propina, ya que se reconoce la labor que presta la persona que atiende en los locales.

A juicio del senador Navarro, lo que se busca es valorar el buen servicio que brindan los locales y sus garzones, como restaurantes, pubs, bares, cafeterías, discotecas y otros, entendiendo que las propinas incrementan los ingresos de estas personas, las que muchas veces sólo perciben el ingreso mínimo.