Comenzaron a llegar a los centros de desembarque en toda la región las primeras lanchas con sardina, tras el término de la veda biológica del recurso. Tripulantes artesanales aseguran que se presenta de buen tamaño y en abundante cantidad, mientras el Sernapesca fiscaliza en todos los puntos de descarga.

Se acabó la incertidumbre del mundo pesquero. Tras un año de vedas sucesivas debido a que el recurso era escaso y no se encontraba en condiciones de ser capturado, ahora sí la sardina y anchoveta está presente en las costas de la región.

En caletas como Lo Rojas, Cocholgue, Coliumo, Tumbes, Talcahano y San Vicente se agrupa la mayor cantidad de pescadores del mundo pelágico pequeño, y donde esperan se produzca un dinamismo a partir de estas capturas, que permita generar empleos directos e indirectos.

La conformidad era evidente en el muelle Blanco en Talcahuano, donde decenas de lanchas cargadas de sardina fueron consideradas una bendición por los hombres de mar.

El Sernapesca está presente en todos los puntos de descarga de la región para verificar la condición del recurso y también para hacer cumplir aspectos de la nueva ley de pesca en relación a los desembarques.

Se calcula que un centenar de embarcaciones artesanales permanecen en alta mar en la captura de sardina, luego que unas 70 recalaron a primera hora tras zarpar a la medianoche apenas se abrió la temporada.

Durante 10 días, la pesca será exclusiva para el sector artesanal, que tiene un 78 por ciento de la cuota de 200 mil toneladas, y luego podrán hacerlo los barcos industriales.

Jan Stengel, past president de Asipés, la asociación de industriales pesqueros, no quiso aventurar cómo vendrá la temporada pero indicó que espera que la fiscalización sea exhaustiva.

Un total de 200 mil toneladas a extraer, con lo que se espera dinamizar el comercio local y dar un nuevo impulso a miles de familias de comunas como Coronel y Talcahuano, que dependen fuertemente de esta actividad.