Ucrania recibió el miércoles un espaldarazo económico de la Unión Europea, que negocia con Estados Unidos y Rusia una solución para la región ucraniana de Crimea, donde fuerzas rusas tomaron parcialmente dos bases de misiles.

La Comisión Europea (ejecutivo de la UE) presentó en Bruselas un plan de ayuda “de al menos 11.000 millones de euros” para Ucrania, al borde de la bancarrota y fuertemente endeudada con Rusia, que no reconoce a las nuevas autoridades proocidentales del país.

La crisis en esta exrepública soviética, independiente desde 1991, se discutirá este miércoles en París, donde se reunirán los jefes de la diplomacia de Estados Unidos y Rusia, John Kerry y Serguei Lavrov, respectivamente.

En Crimea, una región mayoritariamente rusohablante de Ucrania, fuerzas rusas tomaron el control parcial de dos bases de lanzamiento de misiles, aunque sin llegar a apoderarse de los cohetes, indicaron fuentes oficiales ucranianas.

El presidente ruso, Vladimir Putin, negó el viernes la implicación de tropas rusas en Crimea. Pero el mandatario estadounidense, Barack Obama, puso en duda su buena fe y aseguró que las declaraciones de Putin “no engañan a nadie”.

Lavrov reiteró el miércoles en Madrid la posición de Rusia, que atribuye la toma de edificios oficiales en Crimea a “fuerzas de autodefensa” locales.

“Yo quisiera que se explique qué son las fuerzas prorrusas: si son las fuerzas de autodefensa creadas por los habitantes de Crimea, nosotros no tenemos ninguna potestad sobre ellos. No reciben nuestras órdenes”, declaró Lavrov, que se reunió con su homólogo español, José Manuel García-Margallo.

Lavrov subrayó igualmente que Rusia está decidida a proteger a los numerosos ciudadanos rusos que viven en Ucrania.

“No vamos a permitir un derramamiento de sangre, no vamos a permitir atentados contra la vida y la salud de aquellos que viven en Ucrania, ni tampoco contra los ciudadanos rusos que viven en Ucrania”.

La crisis en Ucrania se aceleró el 22 de febrero con la destitución del presidente prorruso Viktor Yanukovich por el Parlamento, tras la sangrienta represión de manifestaciones en Kiev.

Rusia considera que se trata de un “golpe de Estado”, y se niega a reconocer a las nuevas autoridades.

Las protestas se habían desencadenado en noviembre, contra la decisión de Yanukovich de estrechar vínculos económicos con Rusia, en detrimento de un acercamiento a la UE.

BÚSQUEDA DE UNA SALIDA HONORABLE

Estados Unidos -que cuenta con el respaldo de Francia, Gran Bretaña y Alemania- dio señales de querer proponer a Putin una salida en la que nadie pierda la cara de esta crisis, la más grave entre Occcidente y Moscú desde el fin de la Guerra Fría.

En una conversación telefónica, Obama y la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, coincidieron en “la importancia de una disminución (de la tensión), con el despliegue de observadores internacionales” y el comienzo de un diálogo entre Moscú y Kiev.

Una fuente diplomática dijo el miércoles a la AFP que 15 países de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), entre los que se cuenta Estados Unidos, acordaron enviar una misión de observadores militares a Ucrania.